domingo, 5 de febrero de 2012

Rafael Sanz Lobato, fotógrafo


            
               Rafael Sanz Lobato (Sevilla, 1932), fotógrafo, premio nacional, tras muchos años de merecerlo, famoso por sus fotos de la Semana Santa en Bercianos de Aliste, o de las Hurdes, de toreros y maletillas, dice algo sobreel modo de trabajar en aquellos años –sesenta y setenta-, que se ve en las muestras que se siguen haciendo, habla de la Real Sociedad Fotográfica, de las cacerías dominicales, cuando cogían sus coches “muy temprano y se iban a los pueblos próximos a Madrid: Chiloeches, Chinchón”: 
“Pregunté y me dejaron ir con ellos. Éramos ocho en dos coches. Los dejábamos en las afueras para no romper la estética interior. Nada más aparcar salieron todos disparando sus cámaras como locos. Me quedé pasmado. Estupefacto. Creo que llevaba una Reflex. Me fui despacito hasta donde había unos niños a los que mis compañeros estaban friendo a fotos. Luego vi que hacían lo mismo con dos ancianas y me quedé perplejo. No había que pedir permiso y a la gente no parecía importarle. Todo el pánico que tenía larvado en el cerebro se me fue de golpe. Me liberé y empecé a trabajar con normalidad. Al poco me compré mi primer 600 y ya podía irme solo yo por los pueblos”. 
   “Yo entonces era fotógrafo de fin de semana y a diario trabajaba en una empresa americana de aparatos de compresión. No trabajábamos los sábados y a primera hora cogía mi coche, mi dos nikons compradas a plazos y elegía un sitio del mapa: los caballos de Galicia, los toros de la vega... y ahí empezó mi documentalismo antropológico. Era el 72, el año en el que compré el coche. Un fin de semana hacía las fotos y otro las revelaba. Fueron 15 o 16 años frenéticos, disfrutando muchísimo y trabajando más”.
“Nunca he manipulado ni alterado lo que estaba ocurriendo. Se nota. Lo huelo a tres kilómetros. Cuando veo fotografías en las que percibo esa manipulación, me enfado muchísimo. Y lo veo muchas veces”.

No hay comentarios: