miércoles, 8 de febrero de 2012

¿Es este el país que queremos?

  1. “Veo en Madrid las colas ante los puntos de reparto de alimentos y recuerdo que, tras las pasadas elecciones, el dueño de un caro restaurante madrileño me contó que los políticos salientes se estaban dando un sinfín de comilonas de despedida a cargo del Estado”.  (Mariposas, Rosa Montero)

  1. “La izquierda ha dilapidado su capital histórico: la igualdad de todos ante la ley, la educación como herramienta de superación, la libertad de la mayoría y no sólo de algunas minorías, la cultura como instrumento crítico, la lucha contra la corrupción y el parasitismo incluida la corrupción y el parasitismo sindicales, el rechazo de la ideología reaccionaria de los nacionalistas, la promoción de los mejores y la persecución de los enchufados… en fin, se podrían llenar seis folios de tareas pendientes, pero sobre las que nadie ha dicho una sola palabra en estas elecciones, o lo que hayan sido. Ni una palabra” (¿Ha dicho usted ideas políticas?, Félix de Azúa).

  1. Escucho en la radio a José Luis Díaz Villarig, del sindicato médico CESM de Castilla y León, dice que ellos, los médicos, son diferentes, que no se les puede tratar como al resto de los funcionarios, que cobran poco, que no están dispuestos a trabajar más y a que les rebajen el sueldo, porque el colectivo de médicos es especial, no tiene nada que ver con los demás.

  1. “Cataluña y Andalucía son territorio de la Camorra, como Galicia lo es de la mafia Rusa. La policía lo sabe, pero la opinión pública no tiene ni idea porque aquí no dejan crímenes de sangre, no se lo pueden permitir… Pero aquí se evita hablar de eso y se considera un problema extranjero: ruso, búlgaro, italiano. No es así. Si el capital criminal probablemente sea ruso y la distribución de cocaína nigeriana, la empresa es española. Y todos los analistas coinciden en que la connivencia de ese empresariado ha dado como resultado la especulación inmobiliaria.” (Roberto Saviano, escritor. El Mundo 08.02.2012).

  1. “La verdad es siempre vulnerable, aunque solo sea por inferioridad numérica: sobre cualquier hecho hay una sola verdad y mentiras innumerables. La situación se ha agravado con internet y el eco exponencial que obtienen los relatos falsos: la verdad no suele gozar de la plusvalía de la novedad y las mentiras suelen ser más excitantes que anodinas”. (La verdad, asunto de Estado, Arcadi Espada).

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