viernes, 17 de junio de 2011

Libros desaconsejables

1. En la página 60 creí que había llegado al límite. 60 páginas, una tras otra, con la cháchara monologuista del Club de la Comedia, me parecían suficientes. Un treintañero londinense tiene una crisis de pareja y comienza a recordar tiempos pasados que no son precisamente mejores que los actuales. Hace una lista de sus conquistas más importantes, el top 5, las sitúa cronológicamente y cuenta qué salió mal en cada caso. La enumeración de cosas, listas de pelis, de libros, de polvos, de canciones, de discos, de cantantes, es la mayor habilidad del narrador, eso y la apesadumbrada autoironía de que hace gala en cada párrafo y con la que supuestamente se flagela. Visto lo cual, Alta fidelidad, de Nick Hornby, debe ser la madre de todos los guionistas televisivos de la última década.
Ahí en la página sesenta pensé bajarme, pero no lo hice. Seguí leyendo, quizá porque estaba fuera de casa y no tenía otro libro a mano. El narrador deja el pasado y comienza a escribir en presente. Se centra en Laura, la chica que le acaba de dejar, y en la cochambrosa tienda de vinilos que regenta con un par de pringaos –no sé si por esa época, finales de los 80 se les había renombrado a frikies. Se reencuentra con Laura, charlan, y cuando parece que van a reconciliarse tiene un encuentro sexual entre dubitativo y resultón con Marie una cantante americana de medio pelo. Ahí lo he dejado, en la 156 de 357 de páginas. No he podido más. Quizá si no hubiese visto ninguno de esos monólogos tan repetitivos, tan adolescentes que han ido pasando de televisión en televisión podía haber llegado hasta el final. Pera esa forma de escribir  perdió su frescura hace tiempo, achicharrada en los platós de Canal Plus, la Sexta y Cuatro. Hace mucho tiempo que dejé la adolescencia atrás.
Nick Hornby tiene muy buena prensa. Fiebre en las gradas fue un exitazo, también esta Alta Fidelidad, quería conocer por qué. Ahora ya lo sé.

2. Me las prometía felices. “En la tradición de novelas como 1984, Un mundo feliz y Fahrenheit 451”dice la trasera, “una parábola amarga de todos los sistemas totalitarios y la caricatura de nuestro posible futuro”.
Comencé a leer: “Las torres de comunicaciones apuntan hacia las nubes blancas. (…) Las planas azoteas constituyen un paisaje poco menos que infinito”. No tengo cuajo para seguir. El método, de Juli Zeh, un éxito de críticas y ventas, se nos informa. Alguien debería hacernos el favor de clasificar las editoriales, o las colecciones, con estrellas, como en los restaurantes: comida decente, comida basura, por ejemplo, que nos evitara perder el tiempo y el dinero.

5 comentarios:

Susana dijo...

ok, tomo nota; como hice el día que recomendaste el libro de Cuatro Hermanas que estoy disfrutando ahora.

Petó

Toni Santillán dijo...

Ya me contarás qué te parece.

Anónimo dijo...

para un señor como usted no debe leer este tipo de libro nunca comprenderá la cultura de la música... (se hubierra ahorrado la lectura viendo la película "alta fidelidad" http://www.filmaffinity.com/es/film772059.html) seguro que en su biblioteca te lo prestan...

Toni Santillán dijo...

Lo siento, no había caído en que tenía que tener el pinganillo puesto para leer este libro.

Anónimo dijo...

O usted esta mas sordo que una Tapia o no sabe realmente leer los comentarios, en fin...