viernes, 5 de noviembre de 2010

No es lo más importante


Lo más importante no es que José Luis Rodríguez Zapatero sea presidente del gobierno o que lo sea Mariano Rajoy, no lo es que pueda serlo Rubalcaba o que aspire a serlo Aguirre, Esperanza Aguirre, la presidenta de Madrid, tampoco es importante que Soraya Sáez de Santamaría sea portavoz parlamentaria o que lo sea González Pons, ni quién sea el portavoz del PSOE -¿quién es, por cierto, su portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, José Blanco o Ramón Jáuregui?- ¿Es importante que Bibiana Aído, recién defenestrada, haya dejado de ser ministra y con ella Beatriz Corredor, pero que no por ello se hayan apeado del coche oficial, pues cada una, ahora, es directora general de otro ministerio? No, no es lo más importante. Como tampoco es lo más importante que José Bono sea presidente del Congreso o que Alfonso Rojo lo sea del Senado -¿lo es, es Alfonso Rojo presidente del senado?-, que José Montilla, don José, -¡por dios, cuántos Josés!- sea el Molt Honorable President de la Generalitat de Cataluña -¿o acaso, en estos momentos, ya lo es Mas?-, que Herrera -¿también es un don José?- sea, una y otra vez, Presidente de la Junta de Castilla y León y Barreda de la otra Castilla o Griñán de Andalucía, ¿quién?, ¿Griñán?, ¿don José Antonio Griñán? No es lo más importante que la consejera de cultura sea tal o cual, ¿quién sabe los nombres de todos los presidentes de los parlamentos autonómicos, los nombres de todos los consejeros de las autonomías, de los muy ilustres rectores de universidad, de los alcaldes de cada una de las ciudades españolas, no es lo más importante saberse sus nombres, aunque todos ellos, cada uno de ellos, tenga coche oficial, y con ser importante no es lo más importante que Ruiz Gallardón -¿Alberto?- tenga tantos asesores, más asesores que el muy nutrido grupo de asesores de la presidencia de gobierno de España, como no es lo más importante que al alcalde de Valladolid -¿quién?, ¿alguien conoce su nombre?- le gusten los morritos de Leire Pajin, ni que a Sánchez Dragó hace cuarenta años le gustaran las zorritas japonesas de trece. ¿Es lo más importante que a Obama -¿tiene Obama algún don?- le hayan dado los electores un tortazo a mitad de su mandato electoral? No, no parece que sea lo más importante, con ser importante, que Sarkozy sea presidente de Italia o que lo sea Berlusconi de Francia -¿o es al revés?-, o que David Cameron hable con Merkel y Angela Merkel con Putin y Vladimir Putin ordene que no se compre deuda española que, con ser importante, que no se compre deuda española, no es lo más importante. ¿Es acaso lo más importante remover tierra para encontrar tumbas olvidadas después de 74 años o que Ian Gibson se enfade con la familia de Federico García Lorca, el asesinado poeta Federico García Lorca, por no contribuir a señalar el lugar, en Viznar, donde el poeta fue enterrado? ¿Es lo más importante devolver un sentido unívoco al matrimonio, lo que tradicionalmente fue, despojando de un derecho sobrevenido a parejas del mismo sexo? ¿Es importante acabar con la preeminencia del padre a la hora de etiquetar a sus hijos con su apellido, por encima del apellido de la madre?, quizá sea importante, pero no es lo más importante. ¿Es acaso importante que Zapatero no quiera asistir, como en su momento no quiso levantarse al paso de la bandera americana, a la misa que el papa vaya a celebrar o concelebrar en Santiago, o quizá sea en Barcelona, o dondequiera que se vaya a celebrar? ¿Es importante, lo más importante que Josep Ratzinger, papa Benedicto XVI, con sus muchos años de teología a cuestas, venga a España?

No amigo lector, eso no es lo más importante, tú y yo sabemos qué es lo más importante.