Dos ciclistas muertos y cuatro heridos en Los Palacios, Sevilla. El conductor no tenía carné de conducir ni seguro. Cada dos por tres hay sangre de ciclista sobre el asfalto, sin mayor preocupación, sin gran escándalo. La agenda de los políticos va por otro lado. Propaganda amplificada por la prensa. Los técnicos de la Dirección General de Tráfico retuercen sus meninges para diseñar sofisticados aparatos capaces de detectar a vehículos que van a 51 kms por hora y en ocasiones a 41. Sin embargo, los números de la guardia civil no aparecen cuando cada día, uno, dos, tres vehículos me adelantan a velocidades asesinas cuando paseo con mi bici por carreteras comarcales o provinciales.
Al contrario que en Francia o en otros países ese tipo de carreteras no tienen carriles especiales para ciclistas, ni siquiera en la mayoría de los casos arcenes. Pero lo del conductor sin carné y sin seguro es el colmo. ¿Esos técnicos, tan preocupados por engrosar las arcas del estado mediante el juego de atrapar al conductor temerario que sobrepasa los 50 km por hora, no podrían dedicar un poco de su tiempo a atrapar a quienes conducen sin carné? Se me ocurren algunas soluciones sencillas, por ejemplo que al repostar se muestre el carné y que se añada al carné un chip con información sobre su seguro. En los puestos de repostaje sería fácil hacer pasar el carné por un detector, sin grandes gastos para el erario público.
En este asunto pasa como con el impuesto para los ricos. Son pocos los ingresos de un posible aumento en el IRPF para ricos, se argumenta, sería insignificante. ¿Y qué? Se trata de justicia, de equidad, de solidaridad. No importa que los ricos sean pocos, ni que los conductores sin carné sean pocos. No me gustan los privilegios, como dice esta carta,
El Gobierno español ha decidido subir los impuestos a los más ricos. Echemos cuentas. Un señor que ganaba 120.000 euros al año, pagaba por el IRPF 51.600. A partir de ahora, pagará 52.800, es decir 1.200 euros más al año. Un funcionario que ganaba 25.000 euros al año, gana este año 23.750, es decir 1.250 euros menos. A los funcionarios, hace ya varios meses que se les aplica esta reducción, mientras que la de los ricos todavía no ha entrado en vigor. Si la memoria no me falla, estos señores pagaban no hace mucho el 56%. Y con los futbolistas de 10 millones de euros, ¿qué hacemos? Pues si son de nuestro equipo, aplaudirles. ANTONIO CASERO MARTÍNEZ - Puerto de la Cruz, Tenerife - 28/09/2010
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