viernes, 28 de mayo de 2010

La pareja feliz


Décadas atrás cuando se quería describir a una pareja que se llevaba bien se decía, un matrimonio feliz, forma poética de la fidelidad; en épocas recientes, mientras los psicólogos han dominado la escena social, se ha hablado de compromiso, concepto que está siendo arrumbado por el de autoexpansión.

Yo tenía como vecinos a un matrimonio entrado en años que vivía dos pisos por encima del mío. Él era un jubilado socarrón para el que nada parecía serio; ella, una antropóloga en activo de acendradas convicciones. Se les veía desenvueltos, aunque con genios dispares. Supe de su autoexpansión por la vecina estirada que se interponía entre mi piso y el de ellos. Vino a verme para que les llamara la atención, yo era el presidente de la comunidad. Al parecer, su actividad nocturna no la dejaba dormir; los crujidos de una cama y un somier demasiado viejo. Quise subir al piso de arriba para felicitarles efusivamente, pero me contuve para no perturbar.

La fidelidad de unos y la infidelidad de otros intriga a los científicos. Gracias a los tiempos menos poéticos que vivimos, los psicólogos, y su variante argentina de los psicoanalistas, han perdido el monopolio. Los neurocientíficos se preguntan si existe el "gen de la fidelidad". El sueco Instituto Karolinska, al que le interesan mucho estos temas, ha sometido a estudio a 552 parejas de gemelos. ¿Cómo actúa el gen vinculado con la regulación de la vasopresina, la hormona relacionada con la adhesión sentimental? Los portadores de una variante del gen tenían menos posibilidad de estar casados y, si habían optado por el matrimonio, tenían grandes probabilidades de hacer infelices a sus esposas.

Los psicólogos por su parte no desisten y siguen mostrando estudios, elaborados con sus habituales métodos, en los que quieren demostrar que el cerebro puede ser entrenado para resistir la tentación.

Más interesante es la propuesta de Arthur Aron, de la Universidad Stony Brook, que habla de "autoexpansión". Quizá no sean los sentimientos de amor o lealtad lo que mantiene unida a una pareja. Tal vez la fidelidad dependa de cuánto una pareja enriquece nuestra vida y amplía nuestros horizontes. Las parejas que exploran nuevos lugares e intentan cosas nuevas experimentan sentimientos de autoexpansión, es decir aumentan su nivel de compromiso, es decir, son más fieles, es decir, están más cerca de ser admirados o envidiados como la pareja feliz
"Iniciamos relaciones porque otra persona se convierte en parte de nosotros mismos, y eso expande nuestro ser. Es por eso que las personas que se enamoran se quedan despiertos toda la noche conversando y lo toman como una experiencia estimulante. Pensamos que las parejas pueden recuperar algo de ese sentimiento planteándose desafíos y haciendo cosas emocionantes juntas."  Arthur Aron.