jueves, 4 de marzo de 2010

Un chorro de luz sobre la sociedad catalana

La actual discusión en el Parlament catalán sobre si ha de prohibir o permitir las corridas de toros muestra a las claras, y quizá como efecto no deseado por quienes abrieron el debate, las características propias de la sociedad catalana, que no son otras que las de cualquier sociedad abierta y democrática, a saber, que existen opiniones encontradas sobre cualquier sujeto de discusión. Sin embargo es propio de los nacionalistas secuestrar la opinión y dar por hecho y hasta imponer que un pueblo, una nación, camine hacia la ermita en una única procesión. Y así las corridas, de escuchar a los nacionalistas que más gritan, serían propias de pueblos bárbaros como los españoles, con quienes los catalanes nada tendrían que ver y como en tantas otras cosas cabría hacer borrón y cuenta nueva. Pero al no ser las corridas de toros un asunto no troncal para la centralidad catalana, expresión que les gusta utilizar, como pudiera ser la propia idea de nación o los asuntos económicos con los que no se juega, se han podido expresar en la comisión del Parlamet ideas antitéticas pero igualmente representativas de una sociedad que como todas tiene opiniones múltiples y encontradas sobre cualquier tema, lo que hace a la sociedad catalana semejante a cualquier otra sociedad, incluida la española. Sirva este jarro de luz para ventilar el salón catalán tantos años secuestrado por una única voz.

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