domingo, 7 de febrero de 2010

Ingenuos, deshonestos, corruptos

La rabia que da comprobar que la supuesta racionalidad del método y la objetividad en el tratamiento de los temas es un ejercicio de parte. Rabia por haber confiado durante años en gente tan deshonesta o intelectualmente corrupta o ingenuamente contaminada por entregarse sin resticciones a una ideología cuyo objeto no es conformar una imagen veraz y justa del mundo sino servir de base al poder de una clase política, periodística, empresarial en contra de la necesidad de la mayoría.

Este hombre, catedrático de Sevilla, habla de la gravedad política y económica por la que pasa España, de la corrupción y pone ejemplos:
un día sí y otro también van apareciendo noticias sobre prácticas corruptas, de naturaleza económica, como las asociadas al caso Gürtel o al caso Palma Arena, o de naturaleza política, como las del espionaje a Cobo o las intrigas de Esperanza Aguirre para controlar Caja Madrid, o la maniobra de Núñez Feijóo para controlar el proceso de fusión de cajas de ahorro gallegas
Ni un sólo ejemplo de los suyos, de los que están en su bando, de la autonomía en la que se gana los garbanzos, esa autonomía que no ha cambiado de gobierno desde Franco, y no es que falten ejemplos de corrupción, es que tampoco dice nada de la ineficiente clase política de la mayor autonomía de España que no ha sido capaz de tejer un economía moderna, autosostenible dirían ellos, más allá de las ubres subvencionadoras del Estado.

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