sábado, 28 de noviembre de 2009

Un lugar donde quedarse


Sam Mendes monta una de treintañeros en busca de la madurez. Es un fenómeno de los últimos años, desde que, por razones laborales y sociales, fue posponiéndose el nacimiento del primer hijo, ver a treintañeros a punto de parto. O ver niños propios o adoptados correteando por las plazas y padres en la treintena embobados, aplicados, angustiados o distendidos ante sus retoños.

La pareja protagonista de ésta, Un lugar donde quedarse, espera su primer hijo y asume que es el momento de dejar atrás la dulce juventud y comenzar a ser adultos. ¿Pero qué es eso de la madurez? Esperan que alguien se lo enseñe, por ejemplo sus padres, pero éstos no están dispuestos porque tienen mejores planes. Entonces buscan un modelo al que imitar, gente como ellos. La peli es una comedia con formato de road movie. La pareja va de ciudad en ciudad buscando amigos o familiares con hijos recientes. Esperan de ellos no sólo la amistad que les falta sino también un modelo para criar hijos y un lugar para arraigar, pues creen que su hijo ha de crecer en una familia amorosa y asentada.

Como la peli es una comedia, las familias que van encontrando en las distintas ciudades son raras, risibles, peligrosas, estrambóticas, antimodelos más bien. Padres cínicos que pasan de sus hijos, hippies pasados de rosca, educadísimos padres que producen pequeños monstruos o familias rotas con niños medio abandonados. Al final, como no podía ser de otro modo, estos seres zangolotinos, tras su periplo por distintas ciudades de norteamérica, vuelven a su infancia, a una maravillosa casa con vistas donde uno de ellos vivió la familia desde el otro lado. No hay modelo para llegar a ser adulto, todo el mundo parte de cero y ha de recorrer su propio camino, parece decir Sam Mendes.
Visto así, a muchos treintañeros que vivan o acaben de vivir una situación parecida la película les parecerá divertida o conmovedora. A los demás les resultará aburrida, porque el humor o la caricatura están tan forzados que la veracidad de los personajes y de las situaciones no aparece por ningún lado.

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