miércoles, 11 de noviembre de 2009

Risibles, peligrosos

 

El poder trastorna, envanece, endiosa a muchos de quienes lo consiguen. Desde que ya no existe le épica, porque los poetas dejaron de ser útiles -en su análisis del alma humana han penetrado en las interiosidades del tampax-, se creen los eslóganes que les fabrican sus directores de marketing. Pongamos, Socialismo del siglo XXI o Alianza de Civilizaciones. Pero hay una cosa peor que el endiosamineto inducido, el pánico a perder el poder. Llegados a ese trance se tornan peligrosos. Sin control son capaces de cualquier cosa.
"Compañeros militares, no perdamos un día en el cumplimiento de nuestra principal misión: prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra, porque es una responsabilidad de todos. (...) No pierdan tiempo, vamos a formar los cuerpos de milicias, los estudiantes, los trabajadores, las mujeres, todos listos para defender esta patria sagrada que se llama Venezuela, patria santa"
No alcanza uno a comprender cómo Chávez podría ganar una guerra, ni siquiera iniciarla, qué apoyos o alianzas armaría, qué venezolanos le habrían de seguir por voluntad propia, con que presupuesto, el de un país que camina hacia la miseria, contaría para enderezar un ejército digno. Pero Chávez funda su legitimidad en la retórica, en imantar a su pueblo inmóvil delante de la pantalla de televisión, escuchando sus discursos.
A Chávez, urgido por un panorama electoral para 2010 sombrío y una población que no va hacia el bienestar sino hacia la pobreza, esta vez se la ha ido la lengua y sus palabras pueden desencadenar acciones que no desea y no ha previsto. Las palabras a veces se convierten en actos que no se pueden controlar. Se ha dicho, cuando los dioses quieren castigarnos, atienden nuestras plegarias.
Las madres no han mandado a sus niños este lunes a la escuela en los pueblos de la frontera venezolana con Colombia, por si acaso estallaba la guerra.
 **
Los periódicos colocan esta información en sus páginas nobles. Pero no es ahí, sino en las páginas de astrología, quiromancia o medicinas alternativas, en el caso de que sigan existiendo, donde deberían colocarla.
La Conferencia episcopal ha advertido a los políticos que apoyen la nueva ley del aborto que se convertirán en "pecadores públicos" y, por lo tanto, no podrán comulgar. Y hasta pueden convertirse en herejes y excomulgados, si defienden que es legítimo "quitar la vida a un inocente".

No hay comentarios: