jueves, 26 de noviembre de 2009

"La dignidad de Cataluña", una sobreactuación


Como los malos actores, los periodistas catalanes asumen un papel que les viene grande. Olvidan su función de informar y se ponen a dramatizar, la bolsa o la vida. Cuando menos credibilidad -caída espectacular de la difusión- y menos negocios -caída espectacular de la publicidad- tienen, los periódicos catalanes se levantan como un solo hombre para decir que son los mensajeros del pueblo.Que el Estatut es el totem de la tribu, innegociable. Pero el Estatut se coció y se aprobó al margen de la voluntad de los catalanes. Véanse los resultados del referendum. A los periódicos catalanes eso les trae al pairo, porque lo que defienden son los intereses de su tribu, no los de la tribu de los ciudadanos de Cataluña.

El editorial conjunto de la prensa catalana prueba la existencia de un conglomerado de mutua asistencia entre políticos, periodistas y empresarios. De hecho, igual que sucede en Madrit. La diferencia estriba en que en Madrid hay dos grupos que defienden sus intereses a veces de forma mancomunda y a veces haciendo ver que se enfrentan. En Cataluña el grupo es uno, un único movimiento, y el enemigo que necesitan está en Madrit. Para certificar esa colusión de intereses de la única clase político-periodística-empresarial sólo hay que mirar en la propiedad de los medios, en las subvenciones que reciben para poder subsistir -26 millones de euros concedidos por le Gobierno autonómico a los medios entre 2005 y 2006-, en el intercambio de periodistas entre ellos o en la asunción de responsabilidades ejecutivas en las empresas por parte de algunos periodistas. Por ejemplo, Planeta es dueña de Avui, pero también de la Razón, de Onda Cero y de Antena 3; los periodistas de TV3 que han recalado en La Sexta o se han convertido en sus dueños, o los que crean la opinión en la SER. No se trata de ejercer un consenso político nuevo, una reforma de la constitución sobre bases más justas y racionales, sino de acomodar el juego institucional a sus intereses de clase, en su propio beneficio. La prensa del Movimiento.

Pero hay un problema, hubo un tiempo en que la prensa era el cuarto poder y creaba la opinión pública. Me temo que los tiempos han cambiado, la atención del ciudadano está tan dispersa y los centros de opinión tan fragmentados que ese deseo es mera ilusión. En fin, periodismo muerto. Hasta luego, Lucass.

***
Pero no es la muerte del periodismo. El periodismo está en otro sitio, por ejemplo, en esta foto tomada en el Congo,




o en el final de la columna de hoy de Enric González, ese periodista a quien despachan de su periódico por molesto, hablando del medio millón de comunicaciones emitidas y recibidas en las Torres Gemelas durante los atentados del 11 de septiembre de 20010,
Poco después de mediodía (en Europa), cuando la tragedia alcanzaba su punto culminante y el mundo entero miraba hacia Nueva York con espanto, alguien en algún lugar del World Trade Center envió este mensaje desde su móvil: "¿Dónde estás? Nekko dice que podemos largarnos de la oficina cuando queramos. ¿Mantienes el plan de almorzar? Llámame si puedes".

No hay comentarios: