Monasterio de Santa María de la Armedilla

El Monasterio de la Armedilla fue abandonado después de la desamortización de 1835. Desde entonces este monasterio Jerónimo ha sufrido un continuo deterioro hasta casi el desmoronamiento en que hoy se encuentra. Como una parte importante del patrimonio español, lo más valioso se esfumó entre la rapiña (el tímpano se encuentra en Kansas), la conservación interesada (la portada plateresca fue trasladada en 1918 a la Casa de Cervantes de Valladolid), el vandalismo (durante años los vecinos de los alrededores acudían con sus remolques en busca de piedras para sus construcciones) o el simple deterioro a consecuencia de los fenómenos atmosféricos.

Sin embargo, la excursión a las ruinas aún merece la pena, para apreciar lo que se conserva milagrosamente en pie. Las obras más significativas se realizaron en el siglo XVI. Los restos de un claustro en tres alturas, la iglesia de cruz latina con una sola nave, las bodegas, los aljibes, las murallas o las canalizaciones para cuidar una huerta en terrazas que baja a un valle que debió ser muy fértil en sus tiempos. El monasterio hundido en una depresión, con su espadaña bien conservada ofrece una imagen, especialmente en el atardecer, que habría sido muy del gusto de los decimonónicos pintores cazadores de ruinas.
En el monasterio, que también fue residencia de nobles, se alojaron personajes ilustres como Juan II, Enrique IV o Juana la Loca.
A tres kilómetros, en Cogeces del Monte, aún se venera a Santa María de la Armedilla, una vírgen románica del siglo XII.