sábado, 11 de julio de 2009

El hombre está predestinado a fundirse con la máquina


Ray Kurzweil, autor de La era de las máquinas espirituales, La singularidad está cerca y del documental y El hombre trascendente aspira a conquistar literalmente la inmortalidad, inventor del primer sintetizador musical, de los lectores ópticos y de los sistemas de reconocimiento de voz.
Quiero vivir todo lo que pueda... Aspiro a llegar en buenas condiciones al gran momento de la singularidad, ser testigo y parte de la gran transformación de la civilización humana... Hay algo realmente singular en nuestra evolución como especie, y es nuestra capacidad para crear herramientas y trascender nuestros límites. Y eso ocurre desde que cogimos por primera vez un palo para extender nuestro brazo y alcanzar una rama. Siempre hemos querido extender nuestro alcance, física y mentalmente, y gracias a la tecnología hemos sido capaces de alcanzar ramas cada vez más altas... La fusión del hombre y la máquina nos permitirá vivir indefinidamente en un futuro muy cercano.

Si logramos reprogramarnos genéticamente, si conseguimos mantener o incluso mejorar nuestras condiciones, nos espera una vida larga y excitante. La longevidad va a ser mucho más inteligente y creativa de lo que jamás hemos imaginado. Vamos a ser capaces de contribuir como nunca a la expansión de nuestros horizontes.

Con las técnicas antiedad actualmente disponibles, seremos capaces de vivir pronto hasta los 125 años. Es lo que el doctor Terry Grossman y yo hemos llamado el primer puente. Yo mismo me he sometido a estas ténicas, y con la ayuda de suplementos dietéticos -150 al día- he logrado ralentizar mi envejecimiento. Tengo 61 años, pero biológicamente me siento como si tuviera 40. Mi objetivo es mantenerme lo mejor posible para cuando llegue la singularidad y la tecnología avance lo suficiente como para poder superar nuestro límite natural. A partir de ese momento seremos capaces de trascender.

Si hubiéramos respetado el princicipo de no interferencia en la naturaleza, como abogan los humanistas fundamentalistas, viviríamos una media de 23 años, y no llevaríamos gafas, ni prótesis, ni by-pass...

En 25 años, podremos tener millones de nanorobots en nuestro cuerpo con la loable finalidad de reforzar nuestro sistema inmunitario y mantenernos sanos.

Pronostiqué el advenimiento de internet, y la victoria de una máquina frente a un campeón mundial de ajedrez, y el colapso de la Unión Soviética gracias a la revolución de las comunicaciones.


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