lunes, 15 de junio de 2009

La justicia que destroza vidas

Brahim Moussaten nació en Taza Khababa (Marruecos) el 12 de noviembre de 1983. Fue detenido el 1 de febrero de 2005, un año después de los atentados del 11-M. Le pusieron una capucha, le metieron en un coche y se le sentaron encima. Creía que le estaban secuestrando. También detuvieron a sus padres y a un hermano. Le acusaron de colaboración con banda terrorista porque se suponía que había facilitado al hermano de Mohamed Afalah, uno de los supuestos autores materiales del 11-M, el número de teléfono de su tío en Bélgica para que éste pudiera huir. Brahim nunca pasó ese dato porque ni siquiera estaba en casa cuando le fueron a buscar. Trabajaba de peón albañil. Fue encarcelado durante 168 días.

Al salir de prisión, la empresa para la que trabajaba no quiso contratarle de nuevo. Buscó trabajo. Estuvo descargando fruta en Mercamadrid, pero le reconocieron y le dijeron que no volviera. Durante el juicio, fue el único de los procesados para el que el fiscal y las restantes partes personadas retiraron la acusación. Quedó libre varias semanas antes de que terminase la vista y se dictase sentencia.

El 11-M ha marcado su vida y la de su familia. Su padre, que era jardinero en una comunidad de vecinos, fue expulsado del trabajo. Su hermano Mohamed, que fue absuelto en el proceso, está en el paro y su novia española le dejó. Montaron una frutería en Leganés y al poco tiempo tuvieron que cerrar porque tres personas les reconocieron como imputados del 11-M. Se corrió la voz.

Teme salir a la calle. No puede usar el transporte público, ha sido reconocido varias veces y ha sido insultado. Las miradas son terribles. Se retira cada vez que alguien le insulta o le desafía con la mirada.
Ha perdido a todos sus amigos, los pocos españoles que tenía y también los marroquíes. La madre, Safia, que es hermana de Youssef Belhadj, uno de los condenados, no sale de casa, pero el que peor está es Mounir, uno de los hermanos pequeños, que ahora tiene seis años y tenía dos cuando se produjeron las detenciones. Ha estado en tratamiento por crisis de ansiedad.
"Está mal desde entonces. Nosotros nunca habíamos estado en una comisaría, salvo para renovar la tarjeta de residencia. Esto nos cambió la vida entera".
La familia -los padres y seis hijos, porque otra hija ya se casó- sigue viviendo en Leganés. El casero les ha anunciado que en cuanto concluya el contrato de alquiler se tienen que ir.
El abogado de Brahim, Eduardo García Peña, ha presentado una demanda por daños y perjuicios en la que reclama 1,2 millones de euros. El Ministerio de Justicia la rechazó. El caso se dirime en la Audiencia Nacional, las probabilidades de éxito son remotas.

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La Audiencia de Barcelona ha absuelto a cuatro mossos d'esquadra. Su acción en la comisaría de Les Corts de Barcelona quedó grabada gracias a una cámara oculta. El tribunal considera que los hechos únicamente constituyen un delito de lesiones y condena a tres de los cuatro agentes a una multa de 600 euros por una falta de lesiones.

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