Paul Theroux dejó la novela -
'La costa de los mosquitos'- para escribir sobre sus viajes:
'El gran bazar del ferrocarril'. Dice que lo que le interesa ocurre siempre fuera de sí mismo.
Gran parte de nuestra política exterior [es natural de los USA] ha sido una gigantesca pérdida de tiempo. La guerra de Vietnam, por ejemplo. Murieron dos millones de vietnamitas y casi 100.000 americanos. ¿Para qué? Hoy en día, en algunos sentidos, Vietnam es un país muy capitalista.
Viajar es crucial para escribir. Cuando alguien me pide un consejo para ser escritor, siempre le doy dos: lee mucho y lárgate de tu casa.
Prefiero los trenes porque en ellos puedes hablar con la gente. Cuando viajo, no me interesan los edificios y los monumentos. Lo que busco es la arquitectura humana.
[Sobre su desencuentro con Naipaul] Yo quería escribir sobre la amistad. Hay muchos libros sobre el amor o la paternidad, pero hay muy pocos sobre la amistad. Y sin embargo, se trata de un sentimiento más intenso, porque es definitivo: puedes volver a relacionarte con tus ex novias, pero cuando pierdes un amigo, lo pierdes para siempre.
Cuando envejeces, te vuelves invisible. Nadie se te acerca, nadie te habla, nadie trata de venderte nada. Y eso es perfecto para un escritor de viajes. Te permite observar sin interferencias.
Un hombre feliz no puede ser escritor. Está demasiado ocupado siendo feliz.
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