lunes, 2 de febrero de 2009

Estafadores solidarios

En algún lugar leí -creo que en un artículo de Moisés Naím- que la corrupción era el combustible del sistema capitalista. Si no lo es, bien lo parece. En estos días se puede ver en Davos el espejo de ese sistema que integra a sinvergüenzas, horteras, nuevos ricos, estafadores reciclados en filántropos, políticos desplazados del poder e intelectuales mediáticos.
Los antiglobalizadores, que durante el día se manifiestan en la nieve delante de McDonald's, con sus vestimentas de alta montaña a la última moda, se reencuentran, por la noche, en los cócteles patrocinados por los partidarios de la globalización, es decir, las industrias farmacéuticas o las grandes cadenas de alimentación.
 Davos parece estos días un lugar fantasmal, incapaz de dar al mundo ideas, porque nadie, ni los gobiernos, ni los mercados, ni los economistas ni los políticos, sabe de verdad qué hacer. Estos hombres que menciono a continuación podrían estar ahí o lo estuvieron o están sus dobles.

Michael Milken, el rey de los bonos basura, en la mitad de los años 80 era el niño prodigio de la Bolsa de Nueva York. Ganó e hizo ganar a su empresa, Drexel Burnham Lambert, miles de millones de dólares, hasta que se descubrieron sus trampas: información confidencial, manipulación de precios, un enorme fraude fiscal. En 1990, la firma Drexel quebró, en medio de uno de los mayores colapsos de la bolsa neoyorkina. Milken fue condenado a pagar 1.000 millones de dólares y a pasar 10 años en la cárcel. Apenas pasó tres en en la cárcel de Camp Parks, cerca de San Francisco. Se le detectó un cáncer de próstata. Desde entonces, a través de la Milken Family Foundation, creada con el dinero de su estafa se ha dedicado a la solidaridad, financiero y filántropo dice de sí mismo, y se se ha hecho muy popular recaudando fondos contra el cáncer. Clinton y Bill Cosby le han apoyado y se han fotografiado con él. Y ahora se permite dar la bienvenida a Obama.


¿Pasará lo mismo con Bernard L. Madoff y su gente?, ¿el mismo proceso de lavado de cara, dedicándose a la defensa del planeta y a la lucha contra el hambre?
"¿Es una errata?", preguntó, por lo visto, un funcionario de la Comisión del Mercado de Valores estadounidense cuando vio que las pérdidas ocasionadas por Madoff ascendían a 50.000 millones de dólares. "¿No querrá decir 50 millones?"
De momento se ha descubierto uno de los escondites donde guarda parte del dinero de su estafa: la cuenta número 646, abierta por Bernard Madoff el 2 de noviembre de 1999 en la sociedad financiera Clearstream de Luxemburgo, la sociedad que parece coordinar los 10 paraísos fiscales del ámbito político europeo. Según este autor la economía de los paraísos fiscales (evasión fiscal, blanqueo de dinero, mercadeo de seres humanos, extorsiones mafiosas, tráfico de drogas y de armas, producción y comercialización de moneda falsa, el robo, estafas y contrabandos de todo tipo) supone un volumen conjunto que supera ya el 40% de la economía legal mundial.

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