Pues bien, ahora se pone a la cabeza de los catastrofistas y plantea las salidas posibles. Cuatro salidas posibles, que en realidad son sólo tres porque la última es un mero deseo de paz y bondad universal. Además no son salidas alternativas sino más bien etapas escalonadas hacia el colapso.
Su artículo juguetea con una inútil e incomprensible comparación con el colapso de los moaís en la isla de Pascua. Así como los habitantes de esta isla desaparecieron por una arriesgada competición entre clanes por ver quien elevaba los moaís más altos, sacrificando para ello los recursos necesarios para sobrevivir, así los clanes empresariales y estatales de hoy competirían especulando y erigiendo enormes burbujas, financieras, inmobiliarias, que agotan los recursos productivos. Veamos cuáles son esas etapas hacia el fin.
1. Lo que se está haciendo o salida liberal que apoyan los poderes financieros globales y los organismos internacionales (UE, el FMI o la OCDE). Crisis intensa y aguda, que durará dos o tres años con altísimos costes sociales. Lenta recuperación que dará paso a un nuevo proceso estable de crecimiento autosostenido, con nuevas fuentes de negocio (nuevas burbujas especulativas). El intento del Estado de regular los mercados fracasará porque no puede imponerles normas ejecutivas, pues cuando intenta hacerlo la mano invisible del mercado reacciona generando un desorden espontáneo como el actual.
2. Lo que va a ocurrir o salida previsible de la crisis: colapso definitivo de los mercados tras el fracaso del keynesianismo light (Obama). Fuerte intervención de los Estados: nacionalizaciones masivas de la banca y de empresas en quiebra con posible cierre de las Bolsas. Supresión o suspensión de los mercados libres, sustituidos por un proteccionismo mercantilista (colbertismo) de estilo chino e inspiración prusiana. Pero con ello se anula la virtualidad de los ciclos económicos, y la crisis deja de ser un punto de inflexión entre las fases recesiva y ascendente para convertirse en un estado estacionario.
3. Lo que nadie quiere que suceda. Si la depresión se eterniza, la salida estatal o proteccionista agravará extraordinariamente el clima de conflictividad social. Y entonces comenzará a ser posible y quizás probable la tercera salida, que podemos llamar violenta: bélica o incluso revolucionaria. El colapso de la isla de Pascua terminó en un baño de sangre, y lo mismo ocurrió con la depresión económica de los años treinta.
4. La música celestial. La cuarta posibilidad, teórica, improbable: convertir la actual crisis de los mercados en crisis del sistema, y dar a luz un nuevo modelo de sociedad. Una sociedad sostenible, no basada en el depredador capitalismo neoliberal, que de ciclo a ciclo y de burbuja en burbuja está conduciendo al planeta a un inminente colapso como el de la isla de Pascua, ahora masivamente amplificado a escala global.
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