sábado, 8 de noviembre de 2008
Noticias duras
Hay noticias tan duras que cuesta trabajo seguirlas con los ojos francos. En cuanto nos enfrentamos a ellas querrímos escapar para leer algo más benigno, pero seguimos hasta el final por un imperativo moral. Ante ellas sólo caben las lágrimas secas, el silencio y la impotencia. Hasta el comentario con nuestros allegados o amigos deriva fácilmente en la impostura de una solidaridad imposible.
Ni siquiera la confianza en la justicia sirve de algo, porque ante determinadas tragedias la reparación no es posible.
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