domingo, 23 de noviembre de 2008

El País no acepta que los electores franceses del PS no elijan a Ségoléne

Eufórico por haber subido a Obama a la Presidencia, el periódico creía tener a tiro una presa menor, aupar a Ségolène a la secretaría del PS francés. No ha sido así. Como si le fuese el honor en ello, el periódico quita valor a Aubry apuntando que ha sido elegida por una minúscula diferencia de 42 votos y asociando su victoria a un rumor de trapacería y corrupción (¡que se repita la votación!)
La alcaldesa de Lille, Martine Aubry, se impuso a la ex candidata presidencial Ségolène Royal en su particular duelo para dirigir el Partido Socialista francés (PS). Lo hizo por una diferencia minúscula, casi ridícula: 42 papeletas. Los partidarios de Royal no aceptan la derrota, han denunciado irregularidades en algunas federaciones y reclaman una nueva votación.
El siguiente párrafo es sensacional: las bondades de Ségolène, las torpezas de Aubry. La buena de Segolène está abierta a todo el mundo, la tonta de Aubry cerrada a cualquier pacto. Y sin embargo... Sin embargo es Aubry la que ha ganado. Pero el periodista no ve su enorme contradicción, que la torpeza es la suya.
Martine Aubry ha hecho de la fijación del partido en la izquierda y en la negativa rotunda a cualquier acercamiento al centro una de las características de su campaña frente a Ségolène Royal. Por eso, todos esperaban que la alcaldesa de Lille se llevaría todos los votos provenientes de Hamon y vencería, si no ampliamente, sí al menos con un margen honroso. No ha sido así. Royal, más proclive a pactar con el centro y con menos empachos ideológicos, ha demostrado sin embargo que es capaz de arañar apoyos de militantes de todas las tonalidades. De ahí la victoria por la mínima de Aubry.
Aplastante lógica.

Es más. Cuando el periódico informaba sobre el ascenso de Rodríguez Zapatero al cielo del PSOE, allá por julio del 2000, no hablaba de que lo hacía por una diferencia minúscula, casi ridícula, de nueve votos, nueve, sobre Bono, ni tampoco de irregularidades, a pesar de que venciera gracias a una agrupación madrileña cuyos miembros luego serían expulsados del PSOE, ni de que el socialismo español se fuese al garete como hace en el editorial que hoy dedica al tema. Lo que entonces era Renovación, al fin, es hoy Desastre en el PS.

¿Por qué los periodistas no se dedican a informar?

Por ejemplo. Es relevante que 100 universitarios pasan su tercera noche en la UB (gran reportaje), pero no lo es que Más de dos mil personas protestan ante el CAC por la retirada de licencias de radio (ninguna información).

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