Primero fue la foto, luego las especulaciones. Un diario digital marroquí aseguró que el padre era Aznar, una revancha, quizá, por lo de Perejil. En seguida el rumor prendió en la hoguera de Internet. Diarios, blogs, grupos de noticias. Más tarde la radio, supongo que también la televisión. La oficina del ex presidente emitió un desmentido rotundo. Y esta mañana los periódicos de papel. El corresponsal parisino de El País, cuyas crónicas no pudieron impedir la victoria de Sarkozy frente a la estimada Segolène, acaba de este modo su comentario sobre el suceso:"Invitado por Nicolas Sarkozy, con quien le une una gran amistad, Aznar ha acudido en varias ocasiones a París en los últimos meses para cenar con el presidente francés y algunos de sus ministros y otros invitados. En estas cenas ha coincidido con Rachida Dati".
No importa que el rumor no tenga fundamento, no importa el desmentido, esa última frase está ahí como el vigilante de la fortaleza que persevera en su garita aún después de que la última patrulla de exploradores haya vuelto a casa y el sol caiga sobre la ancha llanura desierta.
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La dona papa.
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