lunes, 16 de junio de 2008

"Los ideales son peligrosos, no lo duden"

"Sólo los criminales se atreven hoy día a hacer daño a los demás hombres sin filosofar". Robert Musil

El historiador británico Eric Hobsbawm calculó que la cifra global de muertos de manera violenta durante el siglo XX era de 187 millones. Contaba ahí a los que murieron en los frentes de la Primera Guerra Mundial (8,5 millones) y a los que entonces cayeron en la retaguardia (10 millones), a los que fueron fulminados durante la revolución rusa y en la guerra civil posterior (cinco) y a los masacrados después durante la represión (el "archipiélago Gulag" liquidó a varias decenas de millones). En ese monto están incluidos los 35 millones de víctimas que costó la Segunda Guerra Mundial..., y se podría seguir la espantosa relación durante varios párrafos (Camboya, Corea del Norte, las dictaduras del Cono Sur de Latinoamérica, Guatemala, El Salvador, Ruanda, los Balcanes, Oriente Próximo...)”.

Rafael del Águila (Madrid, 1953), considera en Crítica de las ideologías. El peligro de las ideas (Taurus) que Hobsbawm se queda corto.

Detrás de esas terribles magnitudes no sólo hay unos cuantos tipos malvados. Hubo mucha gente que participó y que lo hizo porque tenía unos ideales. "Los había que ponían el énfasis en el futuro. En la emancipación humana de las injusticias y la dominación. Con una utopía al final del trayecto y la convicción, científica para algunos, de que se alcanzaría la sociedad perfecta después de una revolución". Entre estos estuvieron anarquistas, socialistas revolucionarios, comunistas...

"Hubo otros, en cambio, que sostenían sus creencias en el pasado. En un ideal de autenticidad. Hay un 'verdadero ser que somos', pero estamos sometidos a una poderosa degeneración. Así que hay que salvar el mundo de cuantos han pervertido esa vieja pureza y recuperarla". En ese grupo entran los nazis y los fascistas, los nacionalistas, los fundamentalistas religiosos, los indigenistas... "El ideal de pureza racial que reivindicaban los nazis, y que produjo el genocidio de los judíos, da una vuelta de tuerca al horror. El objetivo de sus campos de concentración es simplemente exterminar a una raza considerada inferior".

"La deriva, que he llamado monista, de la democracia es muy peligrosa. Una sola fe, un solo pueblo, una sola nación: cuando se refuerza el sentimiento de fraternidad (los iguales) en torno a un ideal, la capacidad de destrucción es mayor que cuando éste se impone de forma vertical".

"Siempre en política las decisiones son trágicas. Siempre se tiene que elegir el mal menor. Vivimos en una zona de grises. No existe ni la perfección ni el mal absoluto. Así que hay que actuar lejos de las abstracciones de las ideologías, frente a situaciones concretas donde existen individuos concretos".

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