sábado, 21 de junio de 2008

La vida sin Grace

Es difícil recordar alguna cosa de interés en esta película. No ofrece ningún tipo de información susceptible de convertirse en conocimiento, tampoco escenas emocionantes dignas de recuerdo. Un hombre con un trabajo chapucero, una cojera muy marcada y unas pocas ideas sobre la vida, rígidas, ve de golpe su anodina vida desarticulada. Su mujer, soldado profesional, ha muerto en Bagdad. Su simple estructura mental se le vine abajo. Él mismo fue soldado profesional hasta que se descubrió la artimaña de que se había valido para serlo, trampear con su vista escasa. Son sólo dos o tres pinceladas las que la peli nos ofrece para situar mental, social e ideológicamente a este hombre en el mundo. Las suficientes para dotar de mensaje a la película y también para que dicho mensaje se diluya como una pompa de jabón por falta de gravedad.

Al final la cosa queda reducida a una historia común: el hombre tiene dos hijas, muy niñas, la mayor doce años, la menor cinco o seis, y el problema consiste en cómo transmitirles el suceso. Para ello el guionista se inventa una road movie, llena de gasolineras y restaurantes de comida basura, más una parada en casa del tío, joven y progre, que suelta un speech sobre las maldades de los políticos americanos, las guerras y el imperialismo.

Para que le película produjese algún tipo de efecto en el espectador, aparte de haber ofrecido argumentos razonables -si se pretendían conversiones ideológicas, innecesarias porque les espectadores europeos, y los españoles en particular, ya están del lado bueno-, debería haber mostrado los efectos duraderos de un tal suceso en los personajes -si la pretensión hubiese sido más convencional, remover los corazones. Nada de eso ocurre. La road movie se consume en unas breves jornadas en dirección al parque Disney de Florida. La historia acaba bien, con el padre volviendo en sí y las niñas comprendiendo y asumiendo la tragedia familiar, los tres abrazados, a contraluz, frente a un maravilloso atardecer. Final feliz como en general tienden a acabar la mayoría de las pelis americanas.

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De vez en cuando a las revistas de cine y a los institutos de las artes cinematográficas –a mayor pompa nominal, menos arte y más chapuza- les da por ofrecernos listas de las mejores tal y cual. La última lista nos la ofrece el Instituto de Cine Americano (AFI): las cien mejores películas estadounidenses de la historia atendiendo a su género. Veamos.

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