martes, 13 de mayo de 2008

El primo Poldo


Encuentro hoy en EP la enternecedora carta de esta pobre gente, que hacía encierros y huelgas de hambre durante el franquismo, que sufría en el exilio de París, con pocos recursos económicos, donde les tenían que invitar a magníficas comidas.

Esa clase política que se ha ido acomodando a los diferentes regímenes, la república, la dictadura o la democracia. Familias que han repartido a sus miembros entre los diferentes partidos para sufrir menos las injusticias de la vida. Los Raventós, los Arquer, los Cambó Guardans, los Solana, los Bustelo... Y las nuevas que van surgiendo, los Aznar, los Pujol…


Homenaje a Leopoldo Calvo-Sotelo

JUAN MANUEL KINDELÁN
EL PAÍS - Opinión - 13-05-2008

Quisiera añadir un testimonio personal a los muchos que se han publicado en memoria de Leopoldo Calvo-Sotelo. No insistiré en su cultura y cualidades de su juventud, que no estaba muy lejos de la mía (siete años de diferencia), que ya han sido comentadas en estas mismas páginas por mi cuñado Paco Bustelo. Sin embargo, otros contactos míos con él en aquella época pueden tener alguna significación.

En 1957 yo era delegado de los alumnos de la Escuela de Minas y realizamos un encierro con una huelga de hambre en todas las escuelas de ingenieros de Madrid, en protesta por el monopolio de la representación estudiantil del SEU falangista. Leopoldo había sido delegado de su Escuela de Caminos, años atrás, y durante el encierro me daba consejos de cómo actuar y, en particular, me decía que yo debía comer: "El jefe debe estar atento y despierto para negociar el fin de la huelga". Desgraciadamente, como idealista juvenil, no le hice caso y ni siquiera recuerdo cómo negocié el fin de la huelga con el entonces DNA Torcuato Fernández Miranda.

Más tarde, exiliados en París Paco Bustelo [de la familia Bustelo, Carlos, Calota, del PSOE, de la UCD] y yo, éramos aún estudiantes con sendas becas del Gobierno francés, con pocos recursos económicos. Leopoldo, director de la empresa Pernofil, del Banco Urquijo, viajaba a menudo a París con su segundo, Luis Solana (padre de Javier y Luis) [los Solana, socialistas], y no olvidaba invitarnos a comer a Paco y a mí, que disfrutábamos de magníficas comidas en las que discutíamos de política y él intentaba moderar nuestras ideas, quizá un tanto utópicas y optimistas.

Años después, en las postrimerías del franquismo, acogió en Unión Española de Explosivos a Miguel Boyer [ministro del PSOE], que dimitió del INI por rechazar los últimos juicios políticos. Leopoldo, a quien he continuado viendo en su casa de Ribadeo o en alguno de sus barcos, era distinto y distante, pero siempre cariñoso con quienes juzgaba merecerlo. Leopoldo era, en todo caso, un auténtico demócrata dentro del conjunto de la derecha española, que tanto carecía de personas de su talante y talento.

**

Leopoldo, tío de Mercedes Cabrera, actual ministra, sobrino de José Calvo-Sotelo, cuyo asesinato dio pie al golpe de Franco en 1936…

Este primo Poldo, el vecino que salía con vaqueros y zapatillas, esquivando a la escolta, y cruzaba el pueblo en su vespino rojo hasta la plaza de abastos, donde compraba pescado y nabizas…

PS. Dicho lo cual, no pongo en duda que Leopoldo Calvo-Sotelo fuese un gran político y una gran persona.

No hay comentarios: