El temblor de los expertos

A partir de una nimiedad, si Joan Miró practicó alguna vez el ayuno en vez del hambre, y sobre si Internet nos miente al hablar de ello, publica esta señora (Victoria Combalía, experta en arte) un artículo sobre amateurs y expertos, y obsequioso, es decir, atendiendo a las influencias propias del círculo de poder en el que esta gente se maneja, EP se lo publica.

La inteligencia y la cultura estarían boqueando gracias a que el vulgo (sic) impone la ignorancia, el egoísmo y el mal gusto. Prácticamente todos los usuarios de Internet serían delincuentes: “el anonimato que lleva a comportamientos delictivos o semidelictivos”(sic). Por supuesto, mediante el sistema de que cada cuál pueda expresar libremente su opinión, el poder político –del que ella evidentemente no participa- nos manipula. Esta exquisita no se corta un pelo y concluye su torpe silogismo: “Sucede que llega el dominio de los simios, es decir, de los amateurs” (sic).

Para sostener afirmaciones tan peregrinas, insultantes y elitistas no acude a estudios sociológicos, le basta la opinión de expertos, como ella: “Andrew Keen, (The cult of the amateur, Nicholas Brealey Publishing, Londres, 2007) nos dice que en 2010 tendremos 500 millones de blogs, cuyas opiniones, casi todas de amateurs, no hacen más que confundir al lector. Los niños no distinguen entre lo que es verdad y lo virtual. Y Wikipedia tiene más visitantes que las páginas de CNN o BBC News, aún sin tener periodistas ni un equipo profesional. Los vídeos de Youtube mezclan por igual algo interesante con vídeos del tipo "un hombre vestido de conejo ataca a la gente en la calle".

Para demostrar, involuntariamente, que en realidad ella y su gente son los frívolos y no los juiciosos redactores de la Wikipedia, termina su artículo con esta perla cultivada: “les reconoceré que sólo por ver a Barack Obama en Youtube soy capaz de soportar las tonterías del resto de los mortales. Si han tenido un mal día, pónganlo; no se veía un fenómeno así, con tanto aplomo, inteligencia, elegancia natural y sex appeal, desde hace muchas décadas. Sus aires nuevos recuerdan los viejos ideales de Walt Whitman, su sentido común parece fruto de la experiencia y su sinceridad da la impresión de ser verdadera. Gane o no gane, lo sepa hacer mejor o peor, es un acontecimiento, un fenómeno extraordinario que recordaré cuando sea vieja. "Yo lo vi en Youtube", balbucearé” (subrayados míos).

En fin, es el juicio sabio, ponderado y racional de una experta, a la que le gustaría prohibir que sus alumnos consultasen Internet. Pero, ay, lo siento por ella, gracias a la Electrónica, los mandarines de la cultura, al modo de Sartre y la Beauvoir, pasaron a mejor vida.

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No le basta a EP con dar cuenta del atropello cometido contra un profesor de la Rovira i Virgili el pasado día 20, al que los Mossos d’Esquadra (la policía), retuvieron durante cuatro horas y media, y una juez, durante 24 más, sin motivo alguno, como no fuese que era domingo. Lo confundieron con otro hombre, se justificaron.

No le basta al redactor de EP con ejercer de informador, tiene que añadir lo siguiente: “Sanromà tiene una página web, que él califica de ‘marxista-grouchista’, en la que quedan patentes sus convicciones progresistas y su sentido del humor. Se declara un admirador profundo de Salvador Allende y de las Brigadas internacionales, pero también de Groucho Marx” [El País, edición Cataluña, pag.24]. Supongo que si el atropellado fuese un oficinista calvo, un admirador de Bruce Lee o un apasionado de la guerra del desierto, entonces la acción de los mossos y de la juez estaría justificada.