Si descontásemos los ejemplares regalados, el periódico…

No se agota el osado, improductivo, risible intento por parte de los periodistas de EP de convertirse en guías -¡el periódico de referencia, decían!, de líderes y votantes de la oposición.

Escribe el director del EP un artículo alborotado, hablando de doxa y episteme, para achacar al partido de la oposición su incapacidad para comprender la realidad. Bien, veamos quién abusa de opinión y a quién le resbala el conocimiento. Dice el docto director que Lo que ha fracasado el 9-M ha sido un modo de hacer oposición: la agresión prepolítica (¡Prepolítica!) permanente. Dice preocuparle el desistimiento de los jóvenes y urbanos (sic) hacia el PSOE y lo achaca a la manipulación de las televisiones autonómicas en los grandes feudos del PP (admirable y objetiva observación: Madrid y Valencia, las manipuladas, claro está), más similares a los usos en Serbia (Serbia, gruesa palabra) o en alguna república latinoamericana que a cualquier territorio de la Unión Europea. (La SER, otra vez, durante la jornada de reflexión, usó declaraciones descontextualizadas, que dirigentes del PP habían realizado en días anteriores, para mezclarlas con el asesinato etarra y así influir a sus ya convencidos oyentes).

Dicta el hombre que el PP debe llevar al partido definitivamente al siglo XXI, borrar los resabios franquistas, homologarse con los conservadores británicos o alemanes. Ésa y no otra es la responsabilidad que tiene pendiente el PP con la democracia española y con los diez millones de ciudadanos que le han otorgado el voto, algunos de los cuales sin duda contre-coeur. ¡Lo sabe! Sabe lo que quieren los votantes del PP.

Es costumbre graciosa que todos los que nunca votarán PP estén siempre queriéndolo reformar. Más, estos periodistas que han hecho todo lo posible por crear una atmósfera demonizadora en torno a ese partido -¡esa exitosa campaña sobre la crispación! Pero, para qué un PSOE bis. A quién le interesa mantener un permanente y disminuido partido de derechas en la oposición. Qué van a hacer para convencer a un partido que ha conseguido 406.829 votos más que en las anteriores elecciones. (El PSOE tan sólo ha subido 38.361. Por cierto, con 86.029 votos más en Cataluña, lo que significa que en el resto de España el partido del gobierno ha perdido casi 50.000). Qué inteligencia produce un análisis tal. EP tiene un problema.

Con su increíble capacidad para hacer llover hacia arriba, también hoy, Juan Luis Cebrián, en su intervención ante la Junta General de Accionistas de PRISA, se ha empeñado en que la reconstrucción de la derecha (¡un parido, que ha conseguido más de 10 millones de votos, y al que ese grupo ha machacado de forma inmisericorde toda la campaña, tiene que reconstruirse!) es un mensaje que no puede ser desoído nuevamente y que a nosotros, como grupo dedicado a la creación y difusión de opinión pública, nos interesa sobremanera.

Estoy seguro, de que, a partir de hoy mismo, dirigentes y votantes del PP extenderán sus alfombras en dirección a oriente, se pondrán de rodillas, inclinarán brazos y cabeza y dirán, si bwana, nos autodestruiremos en cinco minutos.

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De las buenas e inmaculadas intenciones de esta gente (¿Crédulos de la credulidad de la gente?) es prueba el trato que han dado al partido de Rosa Díez, ¡la gran crispadota!

Le preguntan a Javier Moreno, director de EP, días antes de las elecciones:

¿Por qué no entrevistan en su periódico a Rosa Díez?

Respuesta, con docta ironía:

Intentaremos entrevistar a Rosa Díez antes de las elecciones porque, si el resultado de las elecciones es el que yo creo que va a ser, después no va a tener mucho interés.

Grandes risotadas entre los asistentes.

El domingo 9 de marzo es Rosa Díez la que ríe. Quinta fuerza política, en sólo unos meses, igualando en votos al histórico Partido Nacionalista Vasco.

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Derecho a decidir. Otro punto de vista.

Mai abans el partit del president de la Generalitat havia tret tants vots. Ha superat, ell sol, els escons de tots els altres partits catalans junts. I amb una participació altíssima, pels estàndards d’aquí. Al referèndum de l’Estatut de 2006 van votar 2,59 milions de catalans. Ara han anat a les urnes 3,71 milions. Una altra aclaparadora victòria, doncs, per als sobiranistes que reivindiquen per Catalunya “el dret a decidir”. Ho han aconseguit: Catalunya ha decidit.