Silenciosos charlatanes

Exactamente. (¡Cuánto tiempo me hicieron perder!)

“Pasamos por Roszak, por Harnecker, por Reich, por la Semiótica, el Estructuralismo, el Psicoanálisis, el Marxismo y sobre todo, horror supremo, por el Freudomarxismo, al que la Revista de Literatura (otro de los productos de Losantos y sus amigos) dedicó un número especial con el abrazo entre Greta Garbo y John Gilbert en portada. La mayor parte de esos libros eran basura. Los que no eran directamente malignos (como las apologías ecodogradictas que llevaron a tantos a la tumba) eran inanes. Se perdió el tiempo y no está escrito que siempre deba ser así a los veinte años. Pudimos haber leído a Orwell, Connolly, J.S.Gould y Revel y leímos (tratamos de leer) a Wolfe, Barthes, Foucault y Althusser. Pudimos hacernos con Hiroshima, de Hersey, y nos embarramos con A sangre fría, de Capote. Aprendimos a pronunciar mucho antes el nombre de Genette que el Auerbach. Y estuvimos contra Sainte-Beuve sin saber quién era Sainte-Beuve. Y pasaron cosas peores que me da vergüenza escribir. Ya se ve que fue imposible darse con una educación realista.”

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Porque, a fin de cuentas, qué es el chavismo:

“Muchos integrantes del alto mando castrense quizás se han preguntado más o menos lo siguiente: "lo que nos gusta del chavismo es la posibilidad de enriquecernos y convertirnos en la ya famosa Boliburguesía, repartir algo de los excedentes del petróleo entre los sectores populares, y ser un poco más independientes de Washington. ¿Por qué diablos debemos pelearnos con la iglesia, entre nosotros mismos, con Juan Carlos I, con Álvaro Uribe, con Aznar, con Fox, con Toledo y García, con Bush y el Senado brasileño, con los estudiantes y con CNN, y aliarnos con Ahmedinejad y Castro, para lograrlo? ¿Por qué no continuamos haciendo lo primero y evitamos lo segundo? De preferencia con Chávez, si aprende a estarse quieto, pero sin él si no puede".

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El silencioso charlatán (me gusta esta definición)

“Ahora se trata de un silencio charlatán, por usar la expresión de la lingüista Régine Robin. De Zapatero se habla muchísimo en el libro. Más que pragmatismo, puro oportunismo en un juego cuya meta consiste en maximizar el propio poder”. (...) Ideología significa idea lógica y en política no hay ideas lógicas". Ya de niño tenía algo especial que "en cierta medida me hizo príncipe".