martes, 11 de diciembre de 2007

Clicar o no clicar

Si este estudio de la Jaume I de Castellón está en lo cierto, los jóvenes universitarios son clicantes compulsivos que saltan de una página a otra sin hacer lecturas a fondo.

Entonces Vicente Verdú tiene razón cuando afirma que “leer más no hace más inteligentes, sólo hace más inteligentes para leer. El resto del mundo del conocimiento, el mundo audiovisual es ahora una fuente más caudalosa e importante en el saber”, y no la tendría Muñoz Molina cuando le replica airado “que el periódico jubile cuanto antes al propio Vicente Verdú y a todos los colaboradores y redactores que pasamos de los 20 o 30 años”.

Como tampoco la tendría la ministra del ramo cuando dictamina alegremente que No saber leer es peor que fumar, probablemente aturdida por el contundente directo que le ha propinado el informe Pisa.

Es verdad que a veces no es necesario leer mucho para darse cuenta de ingratas realidades que nos golpean en los ojos.

Es el caso del político nacionalista catalán que tras asistir a la reciente y eufórica mani pel dret a decidir, realizada en Barcelona contaba que había ido en la cabecera de la manifestación, pero una vez que llegó al final, volvió sobre sus pasos y la recorrió de principio a fin. Y se encontró con una realidad incómoda: durante su viaje por el interior de la marea nacionalista que invadió pacíficamente el centro de Barcelona sólo había oído hablar en catalán.

Algo parecido a lo que les pasa a los ciegos políticos europeos que no saben defender los ideales universalistas que proclaman, enredándose en soluciones étnico religiosas en los Balcanes (Kosovo). Y, por el contrario, incapaces de apoyar a valientes mujeres como Taslima Nasreen, Ayaan Hirsi Alí y Nawal al Saadawi, amenazadas y perseguidas por la intolerancia islámica, que tienen que buscar refugio en EE UU. Mujeres perseguidas por atreverse a decir cosas como que "El Corán es obra del hombre, no de Dios", o que "La colonización y la esclavitud han creado un sentimiento de culpabilidad en Occidente que lleva a la gente a adular las tradiciones foráneas. Es una actitud perezosa y hasta racista".

O esta otra mujer, que busca respuestas a la crisis de su país: "Los flamencos y los valones no se llevan mal. Creo que han sido los políticos los que han sembrado la desconfianza entre las dos comunidades. La gente de la calle no comparte esos problemas"

En fin, en Internet no queda otra que afinar al máximo la virtud de la síntesis.

4 comentarios:

Puigmalet dijo...

La darrera frase té unes connotacions lexicogràfiques evidents.

M'has fet pensar en El clic de Milo Manara. L'erotisme que em distreu del teu antinacionalisme.

Toni Santillán dijo...

No comprendo qué puede tener que ver llamar la atención sobre los trapicheos de avispados hombres de negocios con ser antinacionalista, a no ser que consideres que el nacionalismo es un trapicheo. Si fuese así no podría dejar de darte la razón.

Puigmalet dijo...

Aprofites tots els moments per a la teva feixuga tasca. Quina abnegació. Ai, si els de l'Opus t'haguessin enxampat...

Toni Santillán dijo...

Lo intentaron, los del Opus. Me llevaron a una de sus casas, me pasaron el video con Monseñor, se mostraron zalameros, pero no pudieron con mi espíritu volteriano. Sin embargo, con alguno de ellos, seguí manteniendo la amistad. Pasa como con la gripe, sigues hablando con el enfermo, esperando que sane, eso sí, procurando que no te pase los gérmenes patógenos. Veo que comprendes la analogía.