
Interesante película, la última de Winterbottom, Un corazón invencible. Estructurada como peli de acción con forma de documental (con interpolaciones de imágenes grabadas en la época), reconstruye el secuestro del periodista del Wall Street Journal, Daniel Pearl, en 1992, la investigación para liberarlo y su posterior decapitación filmada en vídeo. Daniel Pearl, periodista judío casado con una corresponsal francesa, concierta una cita con un jeque islamista, pero no sabe que es una trampa. Tachado de espía del Mossad o de
Winterbottom reúne a una serie de personajes de diversos mundos, espías policías, diplomáticos, políticos, periodistas, la mayoría construidos a brochazos, mostrando su inmóvil e inútil agitación en el salón de la esposa del periodista secuestrado, o pegados al móvil (es digno de notar la relevancia que está adquiriendo este cachivache en cualquier película) en la ciudad pakistaní de Karachi. El personaje que interpreta Angelina Jolie (Marianne Peral, la autora del libro en el que se basa la peli) es el que tiene mayor enjundia y el único al que se le permite mostrar sus emociones in extenso.
Gracias a su eléctrico montaje, a la cámara siempre móvil, al sonido que tan bien se integra en la acción, al bullicioso escenario de la ciudad, Winterbottom consigue una sensación de verosimilitud como pocos directores. Uno tiene la impresión de que lo que ve está ocurriendo en ese preciso instante y que los actores son los personajes reales del drama.
Es una pena que al final el director acuda a la manida ecuación, miseria = terrorismo, cuando le hace decir a su personaje principal que el terrorismo no se detiene en Karachi, ni es propio de Pakistán, sino que es una red internacional que va cobrando tanto más adeptos cuanto mayor es la miseria del mundo. Pero a este director, como a cualquier auténtico artista, se le pueden permitir prejuicios ideológicos si a cambio nos hace disfrutar con sus creaciones.
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