jueves, 13 de septiembre de 2007

Estas opiniones sobre Borges

Para Vladímir Nabokov leer a Borges era como recorrer un palacio esplendoroso. Se avanza por los salones y no se puede creer en tanta magnética belleza. Parece un set de Hollywood. Detrás de tanta magnificencia todo está vacío.

A Paul Auster la escritura de Borges le parece “la de alguien que no ha madurado en la vida”. “Borges es... No sé cómo decirlo... Un escritor menor genial. Sí, es eso: un escritor menor genial. Creo que su mayor fuerza radica en el hecho de que conocía sus límites. Ni siquiera intentó escribir novelas, no podía hacerlo. En cambio, perfeccionó aquello que sí podía hacer. No hay nada en Borges que ilumine, conmueva, aflija, golpee el corazón de los hombres”.

Ambas opiniones están recogidas aquí.

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A vueltas con la Diada del 11.S

Sobre Rafael Casanova. Cinco detalles. Primer detalle: si es cierto que animó a los defensores de la Barcelona sitiada, no es menos cierto que fue partidario de pactar con el atacante. Segundo detalle: mientras los defensores de la ciudad pasaron la noche del 10 al 11 de septiembre de 1714 vigilando o luchando, Casanova se demoró en la cama y sólo acudió al frente al ser requerido con urgencia. Tercer detalle: Casanova, herido de escasa gravedad en una pierna, se retiró prontamente del frente. Cuarto detalle: curada la herida, Casanova quemó los archivos, consiguió un certificado de defunción, delegó la rendición en otro consejero, y huyó de la ciudad disfrazado de fraile. Quinto detalle: acabada la guerra, reapareció en Sant Boi de Llobregat donde ejerció la abogacía, recibió el perdón de Felipe V, y matriculó a su hijo en la muy borbónica Universidad de Cervera.

La resistencia popular catalana contra las tropas de Felipe V: la provincia de Lérida se mantuvo fiel al Borbón; la de Gerona apostó tempranamente por el bando felipista; los austracistas sólo tuvieron adeptos en el triángulo formado por Barcelona, Igualada y Tarragona; en muchos lugares, la adscripción de la gente dependía de la del señor. Cuando los borbones llegaron a España, según afirma el historiador Feliu de la Peña refiriéndose a Cataluña, «consiguió la provincia quanto avia pedido» y las constituciones de la época «fueron las más favorables que avia conseguido la Provincia»; la pequeña nobleza y la oligarquía catalanas, después de apoyar inicialmente a Felipe V, pasaron de bando y apoyaron a Carlos de Austria a cambio de la promesa de ciertos privilegios comerciales.

Tomado de aquí.

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