Se cumplen 12 años del asesinato de 8.000 varones musulmanes, ante la mirada pétrea de Europa, en nuestro barrio de Srebrenica .
Un arquitecto, Santiago Cirugeda, explica su proyecto de vivienda ilegal en la Rambla de Barcelona. La vivienda que propone es ilegal, pero lo hace en el marco del festival Interferencia 07, patrocinado por Generalitat, Diputación y Ministerio de Cultura. En algún lugar secreto de Barcelona, dice, una pareja ha comenzado a construir su casa en la azotea y que la casa de 45 m2 cuesta 24.000 euros.
Veamos: primero hay que alquilar una azotea, después o al mismo tiempo obtener el consenso de los vecinos y uno de ellos ha de subcontratar la luz y el agua. Lo del vacío legal parece que es menos importante, porque asegura Cirugeda: "Más arriesgado que esto es hipotecarse".
Hasta ha montado una página web de vivales moderno, llena de nada. Con títulos tan rimbombantes como: Estrategias subversivas de ocupación urbana, arquitectural games o arquitecturas transformadas, viviendas mínimas para jóvenes.
Conclusión: este moderno es un vivo y los periodistas que lo publicitan unos tontos o unos irresponsables o es que no tienen noticias para rellenar su periódico o las tres cosas.
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