Ya van, que yo sepa, tres películas sobre el tema Truman Capote y su novela A sangre fría. Con el mismo título Richard Brooks, en 1967, hizo la primera, centrada en la familia Clutter y en uno de sus asesinos, Perry Smith, para hacer un alegato contra la pena de muerte. Los otras dos, el Capote de Bennett Miller, 2005, y este Infamous, son recientes e intentan reconstruir el ambiente en que se gestó la novela, la personalidad de Capote y su relación con Perry Smith.
En la última, Infamous, se potencia el lado queer del escritor americano, toda la película privilegia el punto de vista del marujeo de nivel, no sólo por los chismes que los personajes cuentas de gente famosa de los 50 y 60, tanto actores como escritores, sino porque la misma historia que narra está explicada desde ese punto de vista. Truman Capote se construyó como personaje en un mundo de ricos y famosos cuya visión del mundo era literaria. Los sucesos del mundo real sólo tenían interés en cuanto dignos de ser contados con brillantez e ironía. Y nadie mejor que Capote para lucirse. Así que cuando se enfrentó a un suceso trágico, el asesinato de la familia Clutter, en la profunda Kansas, de inmediato vio la posibilidad de presentarlo como ficción novelesca. Le costó entrar en esa sociedad conservadora, pero con su habilidad para contar historias y la influencia de sus poderosos amigos se aproximó a las fuentes de información. Pronto se desentendió del horror de la muerte violenta de cuatro personas, los padres y los dos hijos adolescentes de la familia Clutter para centrarse en la motivación de uno de los asesinos. Las dos películas recientes llevan muy lejos la atracción que Capote sentía por Perry Smith. En Infamous, especialmente, la relación llega hasta el contacto físico. Capote ha sido alabado y denigrado por convertir en ficción un hecho trágico. Durante un tiempo se le consideró el padre del nuevo periodismo. Del estrés que le supuso pasar de la objetividad del periodista a la implicación personal del novelista con uno de sus personajes, que era real y además frío asesino, no salió indemne (alcoholismo y drogadicción). Tardó en sobreponerse a su instinto autodestructivo y volver a escribir. Cuando lo hizo se dedicó a hacer entrevistas para la revista Playboy y recopilaciones de cuentos, pero sin alcanzar su anterior creatividad.
Infamous presenta con bastante objetividad el asunto de la ética de Truman Capote. Una serie de actores que representan a sujetos reales pespuntean el relato con sus opiniones, a veces
muy críticas, con el autor. Incluso Harper Lee, la autora de 'Matar a un ruiseñor', interpretada magníficamente por Sandra Bullock, que acompañó a Capote al pueblo de Kansas donde sucedieron los hechos, le recrimina acremente la confusión entre realidad y ficción en su libro. El director, al contrario que Capote en su novela, presenta a los personajes con neutralidad, pero con ritmo y una buena selección de música de la época. Toby Jones, el actor que imita a Capote, se recrea demasiado en el amaneramiento de Capote hasta hacerse cansino, en cambio Daniel Craig, el nuevo James Bond, hace creíble el personaje de Perry Smith.

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