lunes, 25 de junio de 2007

Memorias de Queens

Sucede en muchas películas americanas que el entendimiento de lo que sucede deriva de la progresión de las escenas, concebidas como composición de imágenes, movimientos, palabras más que como diálogos con sentido. Frases rotas, palabras a medio terminar, guirigay de voces. Nos hemos acostumbrado al orden racional del cine europeo que es más literario, que sigue en general los cánones clásicos de la novela o del teatro y tendemos a pensar que la vida real es así. Y no lo es. La vida real suele ser una sucesión caótica de hechos y dichos y sólo cuando la reconstruimos o la representamos adquiere sentido. El cine europeo y el cine americano suelen ser formas distintas de representación de la realidad, y no tiene por qué ser mejor una que otra. Viene esto a cuento de Memorias de Queens, una película basada en una novela autobiográfica que escribió el propio director, Dito Montiel, antes de hacer la película. Si tomásemos los diálogos por separado, dudo que la historia pudiese ser inteligible, porque sólo tienen sentido en cada una de las escenas para los que están concebidos, para crear atmósfera, definir personajes, mostrar su evolución. Ni siquiera hay un cuidado especial por hacer frases bien hechas ¡y estamos hablando de un escritor! El sentido va surgiendo como en un rompecabezas, al espectador le toca encajar las piezas. Hay una escena significativa al respecto de lo que quiero decir: el padre (Chazz Palminteri) y el hijo (Shia LaBeouf) discuten, éste porque quiere irse y aquel porque no quiere que se vaya. El padre quiere imponer su autoridad y al mismo tiempo abrazar a su hijo; este está resentido, rechaza el abrazo y se siente culpable, todo al mismo tiempo. Los gestos y las palabras son torpes, es por la composición de la escena como el espectador se entera de lo que ocurre.

La historia de un grupo de muchachos de barrio que encuentran en el grupo lo que la familia no les ofrece, lealtad pero también onerosas obligaciones, con un presente de violencia y desesperanza, la hemos visto muchas veces en el cine americano. Qué aporta esta peli, quizá una forma de contarlo más desgarrada, sin moralina de fondo, quizá con un gusto algo excesivo por la mirada perdida (Robert Downey) y la exhibición de las heridas (Channing Tatum). Aunque la historia evoluciona, los personajes están atrapados en un estereotipo, ese que la memoria fija cuando volvemos la mirada atrás. La vida suele ser más complicada, aunque no necesariamente más dura.

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Editorial de un periódico de partido (EP).

Dice esto: En Baleares, el resto de partidos argumenta (como en Navarra) que el electorado ha expresado una "voluntad de cambio" al negar esa mayoría a quien gobernaba hasta ahora.

Pero también esto: En el otro archipiélago, la decisión de Coalición Canaria (CC) de pactar con el PP sólo se explica por razones de poder.

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MARUJA TORRES Ataque contra las tropas españolas:
Son buenos, aquí, los españoles. No deben morir ni por una mina israelí ni por cualquiera de los otros rencores enquistados. Pero ojalá (sic) hubiera sido una mina israelí. Un incidente aislado.

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