"Creo que cometimos un error, impulsar la reforma del Estatuto en lugar de una reforma de la Constitución. ¿La reforma de la Constitución era imposible? Sí, probablemente, pero la del Estatuto ha sido imposible, pues está vigente, pero sólo de forma provisional por el recurso en el Tribunal Constitucional".
"Visto con la perspectiva de hoy, ¿valía la pena tanto esfuerzo? 287 artículos especificando las competencias de Cataluña una por una y en cada campo, la economía, la justicia... No, yo creo ahora que no valía la pena".
Pasqual Maragall, en la entrevista que hoy publica el periódico italiano Europa.
Dos errores cometió el tripartito en su empeño por sacar adelante el Estatut: hacerlo contra una parte de la población de Cataluña (de sus representantes) y redactar un texto confuso. Una constitución, o un Estatut, debe contar con el mayor consenso posible, por ello es un error monumental negar el pacto explícitamente –pacto del Tinell- a un grupo social o político. Los redactores no fueron claros en sus objetivos ni en la redacción. La falta de claridad de los políticos confunde a la gente y ésta suele actuar en consecuencia. Véanse los resultados del referéndum y la frialdad social con que fue acogido entonces y ahora se le depara.
¿Quién resolverá el problema derivado de un fallo del Tribunal Constitucional que invalide una parte importante del articulado? ¿Quién cerrará la herida social? ¡Cómo pudieron ser tan irresponsables!
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El realizar ataques suicidas con bombas es más importante que ocuparse de la educación de los propios hijos.
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