A la hora señalada, un evento que nacía como protesta popular ha terminado siendo más o menos institucional, como se acostumbra por estas provincias de
jueves, 1 de febrero de 2007
“Un respiro energético para la Tierra”
Hoy, cinco minutos antes de las 20 horas, todos hemos estado pendientes del gran chamán. Apagón general para, mediante un acto de magia, curar a la tierra enferma por nuestros descuidos y emisiones tóxicas. “Un respiro energético para la Tierra ” es el lema. Qué son esos cinco minutos comparados con los “70 millones de africanos (que) deberán huir de sus zonas costeras anegadas por el océano; (con los) países enteros (que) serán tragados por las aguas; (con esos) otros, (que) se desertizarán por completo y sus habitantes tendrán que buscar un refugio que nadie querrá ofrecerles…” Muchos motivos pues para el apagón si hemos de creer al catastrofista y nada documentado artículo que Juan Goytisolo nos endilga hoy en El País. Periódico que, por cierto, contribuye en un solo día a la fiesta climática, como en día pasados, como en los días por venir, con dos artículos de opinión, una viñeta de Forges, un artículo en la sección de Cataluña y otro en la de sociedad, sin grandes noticias sobre las causas del anunciado cambio (obsérvese la curiosa correspondencia de la gráfica adjunta, ese paralelismo al milímetro entre el co2 y la variación climática, como si en el clima no existiese más que una única variable), y sí todas las consecuencias y muchas amenazas al confiado lector. Es fácil hacer catastrofismo con estos temas, porque no es necesario documentarse. Se cuenta con la credulidad de un público ávido que necesita estremecerse con la catástrofe y que está dispuesto a señalarse como culpable por tanto mal anunciado, consumista compulsivo que es en una sociedad voraz. Así que de vez en cuando viene bien la confesión y el acto de contrición.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario