sábado, 3 de febrero de 2024

08. PN Patagonia - Chile chico

 


Un gallo de colores emplumado, pimplón y rederecho viene de la calle Río de los Ñadis hacia la del Teniente Merino; en cada puerta que va encontrando se para, se enfrenta y canta su amanecida. Sigue adelante hasta la siguiente puerta haciendo la misma operación. Así va despertando a toda la población de Cochrane. El cielo está encapotado y gotas sueltas caen antes de que iniciemos el viaje hacia Chile chico.




Por el camino visitamos el Parque Nacional de la Patagonia (2018), una enorme extensión de territorio dondo conviven el amenazado huemul, el guanaco, el puma, zorros, culpeos, chingue, güiña, la vizcacha de la Patagonia, el grandes ratones y piches; va desde Cochrane de donde venimos hasta Chile Chico adonde vamos. Hemos visto grandes aves y guanacos. Hasta el morro mismo del guanaco he podido apuntar con mi cámara, sin que se asustase ni me escupiese. No he visto un centro de información biológica tan didáctico, tan completo como el que hay aquí, puesto al día en todos los órdenes. Aquí es donde la familia de Douglas Tompkins ha dejado su mayor huella. Además del edificio administrativo y sala de exposiciones hay otros edificios que la familia reservó, así como un cementerio donde el fundador de North Face yace para que se preserve su frágil recuerdo.





El paisaje patagónico te deja sin hipo. Ríos como el Baker y el Chacabuco, lagos como el Jeinimeni o el General Carrera (Buenos Aires para los argentinos). Montañas secas y nevadas, depresiones profundas, cañones y acantilados, reservas naturales, estepa y vegetación de alta montaña. Recorrerlo por una pista polvorosa y reseca lleva su tiempo. Agota el viaje pero merece la pena. Paramos en el mirador para ver cómo confluyen las aguas de distinta coloración del Baker y el Nef.


Confluencia del Baker y el Nef


Llegamos a Chile Chico muy tarde, después de que el motor del bus haya sufrido un percance. Algunos de los nuestros, Luis, Rafa, Carlos, han de echar una mano para arreglar la avería. Cenamos un poco de tomate y un plato de carne al horno con patatas fritas, no me resulta apetitoso, aún así, con viento helado, subimos los 200 escalones que nos llevan a un mirador para ver la ciudad nocturna.


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