lunes, 29 de enero de 2024

03. Bosque de alerces (PN Pumalín) y volcán Chaitén

 


La gente anda mal, me dice la chica que me está haciendo un café con leche de coco, llevamos dos años así. Respondía a la pregunta de por qué no hay demasiada gente esperando al ferry que nos va a trasladar a Leptepú y luego al Fiordo Largo. Además es domingo y verano, le digo. Cuenta también que es fiesta en la localidad, me dice, se están recuperando de la resaca de anoche. Lo sé, digo, algunos de los nuestros lo han sufrido en sus carnes, no han podido dormir por el ruido de la música que llegaba de la plaza. El café está rico, pero 4 € y medio creo que es excesivo.




La mañana está fresca aunque no demasiado húmeda. El sol no ha atravesado las nubes y los colores van del azul sombrío el verde intenso del impenetrable bosque patagónico que flanquea el fiordo Comau por el que el ferry se desliza. La carretera austral, o número 7, tiene tramos de asfalto y tramos de ferry, este es uno de los largos. Entretenida pero lenta, de una belleza que satura. No apta para los impacientes. Vamos de Hornopirén a Leptepú, con la intención de acabar la jornada en Chaitén.



Bosque alerces. PN Pumalín


Tras cuatro horas de ferry y una suave caminata, con puente colgante incluido, llegamos al bosque de alerces milenarios único, algunos de hasta 3000 años de edad. En su excitación el guía llega a decir que hay ejemplares de 5000 años. Cuesta creerlo, pero, sea cual sea la edad de este 'monumento natural', son extraordinarios, es difícil no caer en la tentación de tocar o abrazar su tronco, grueso al estilo de secuoyas. Un ecosistema cubre su tronco, cada tronco. Pero no hay que hacerlo porque estos árboles si se les desnuda, como ocurría en el pasado cuando arrancaban su corteza para calafatear barcos, se les condena. Penetrar en este bosque es como entrar en el templo de la naturaleza intocada (el ideal de John Muir cuando propuso la idea de proteger la naturaleza en parques nacionales), así de denso es el ecosistema, cada árbol un mundo de especies en simbiosis. Aquí se encuentra buena parte de las especies endémicas de Chile, además del Alerce: Luma, Tepa, Canelo, Tineo, Tiaca, Coigues, Ulmo, Olivo, Mañío, Notro.


Frente al volcán Chaitén


Cuando en el 2008 el volcán Chaitén revivió, las columnas eruptivas alcanzaron 20 km de altura, cosa no vista en Chile, un país donde se encuentran las placas oceánicas de Nazca y la Antártica, una falla tectónica que se extiende por más de mil kms bajo los Andes. La gente de la población cercana donde dormimos esta noche, Chaitén, unas 5.400 personas, tuvo que abandonar sus casas hacia el mar por el bombardeo de piroplastos y materiales volcánicos y la inundación del Río Blanco desbordado por el repentino deshielo. Parte de las casas fueron destruidas. Subimos un pequeño grupo para ver el estado actual del volcán. La cima es una colina pelada que se elevó en 200 m. Vemos en la distancia las fumarolas residuales.




Nos acompañan dos italianas. Una subida con escalones bastante pindia, con restos de la reciente erupción: piedra pómez, obsidiana o riolita. Charlo con Giovanna, afincada en Santiago después de casarse con un funcionario ecuatoriano de la ONU, Javier. La pandemia ha hecho que los países reduzcan su aportación al presupuesto de la ONU, lo que impide su rotación internacional. Contaban con cambiar de país cada 4 años, aunque según me dice está contenta en Chile. Es periodista. Se queja de la poca cobertura de Chile en la prensa italiana. Ni siquiera cuando viene su presidente de visita oficial. Otra cosa sería si viniese Melloni, le digo; arruga el ceño. Giovanna tiene una opinión muy distinta sobre la política en general que la madre argentina con la que me encuentro y charlo al bajar. Su marido y sus dos hijos han subido hasta arriba, ella ha tenido que abandonar a media altura. Vienen de Rosario, pero no han viajado lejos (Europa, supongo, es lo que quiere decir). La primera es claramente de izquierdas. La segunda de derechas. Abrumada por la responsabilidad de ser madre una, algo más libre la otra, quizá, al no estar en su país de origen y no depender de los hábitos culturales transmitidos.


Volcán Chaitén


Hubiese sido interesante trabar una conversación entre ambas. La madre argentina está preocupada porque cree que los chilenos no tratan bien a los argentinos, también por la opinión que los españoles podamos tener de ellos. Giovanna es optimista y vitalista da gusto hablar con ella; la madre arrastra un pesimismo que se diría natural. No conoce Europa, aunque tiene muchas ganas de ir a verlo. Podría desarrollar la idea de que el vitalismo de la gente de izquierdas chirría en este momento con alguna de las cosas que defienden. Lo contrario podría decirse de la gente de derechas. Una idea a desarrollar.




El área del volcán forma parte de la red de parques nacionales de Chile gracias al trabajo de Douglas Tompkins, el dueño de Noth Face, que compró una gran cantidad de hectáreas para que no fuesen explotadas y poder mantener su extraordinaria naturaleza. Cinco parques nacionales deben su origen a su dinero y esfuerzo, me cuentan.

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