En el año de la pandemia murió la madre de Gerardo: le dedicó un poemario entero que publicó con el nombre de Poemas a mi madre. Poemas formales, muy bien escritos, con molde clásico, donde predominan los recuerdos, a veces propios, a veces de la madre, no podía ser de otro modo. Es delicado entrar en un asunto tan íntimo. Cada lector lo hará de un modo personal. En las mismas fechas murió la mía. También hice poemas que iba publicando en un blog que no di a conocer. Algunos versos de Gerardo:
Te fuiste, madre,
con las últimas flores
El presente es mutismo,
hasta las flores callan
La casa está vacía
y yo sigo buscando
La casa está encendida, pero no quiero entrar;
tus labios me susurran, pero no quiero oír.
Ya no siento tu peso
ni el calor de tu cuerpo
Entre evocaciones de la infancia propia y la de la madre, y del pueblo de los padres, el poeta sube la piedra de Sísifo que es el duelo como una necesidad antes de poder olvidar, tras fijarla en un lugar en el cielo:
De tu camino a la escuela
pisando sobre la escarcha
con tu bolsa hecha de tela
el aroma del pan
que tanto te gustaba
Huele a otoño
rural y de hojarasca
Ya crepita en el hogar
aquella cepa revieja
que calienta la cocina
entre trébedes y leña
Hoy las nubes te tapan,
no puedo ver tu estrella
en los altos del cielo
Quiero ya abandonar
el rincón de las sombras
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