martes, 16 de agosto de 2022

Hytti nro 6 (Compartimento n⁰ 6)

 


Hay una fiesta en un apartamento de una ciudad rusa, quizá Petersburgo. Jóvenes bebiendo y charlando como en cualquier lugar de Occidente. La cámara se detiene en una joven finlandesa, cuya pareja no parece hacerle mucho caso. Planean hacer un viaje al frío Ártico: quieren ver unos petroglifos en Murmansk. Sin embargo, la prota tendrá que hacer el largo viaje en tren sola. Para su disgusto, y para complacer las expectativas del espectador, en el compartimento que le toca, se encuentra con un joven ruso que le causa muy mala impresión: bebe sin cesar y hace del compartimento un lugar desordenado y sucio.


Planteada así, la historia no deja de ser una narración convencional con algunas pinceladas que la enmarcan en nuestro tiempo. Lo convencional: la historia de amor entre dos jóvenes, el macgufin de los petroglifos, dos caracteres condenados a no entenderse pero que las circunstancias del largo viaje les llevarán a la mutua comprensión y atracción, unos pocos característicos cuya rareza se convierte en simpatía. Las pinceladas modernas: la pareja inicial la forman dos chicas lesbianas; la atracción entre una finlandesa y un ruso.


Gracias al género adoptado, una road movie en tren, asistimos a la evolución de los personajes: mientras el tren se acerca al frío ártico por paisajes nocturnos y helados, los personajes van atemperando su trato huraño hacia una inesperada ternura. Pero como en toda película romántica, la historia no trasciende el mundo que retrata fuera de la pantalla: estamos dispuestos a comprender o perdonar a los personajes, a aceptar la rareza de los secundarios, a desdeñar los peligros que un viaje así comporta porque sabemos que de su mundo nos separa una pantalla que no va a traspasar. Estrenada este año, una de esas pelis que no deberíamos echar en el olvido. 


Como tampoco la francesa Villa Caprice (Filmin) que, a pesar de sus imperfecciones técnicas, con la excusa o macgufin de una intriga cleptocráticojudicial: un potentado francés que corrompe a políticos y usa a un abogado de prestigio para sus enredos, nos presenta un muestrario de las debilidades, (in)suficiencias y apariencias del ser humano devorado por las circunstancias. Una película de personajes. Muy entretenida.




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