miércoles, 24 de febrero de 2021

La muerte inoportuna

 

Este verso de Ovidio que me regala la lectura Roberto Calasso: Scilicet omnes sacrum mors inoportuna profanat. La muerte inoportuna profana todo lo sagrado.

No es 'Dios ha muerto' lo que conduce a 'todo está permitido' sino que es la muerte que ‘profana todo lo sagrado' la que abre el mundo a la violencia.

No cometimos el pecado original de querer ser dioses y por ello fuimos castigados con la muerte, al contrario, nos rebelamos contra Dios por hacernos mortales. Como bien dice Calasso, la secularización que actúa desde siempre, no se debe a una impiedad de la mente sino a la natural impiedad de la muerte, que invade, como una intrusa, todos los recintos. Dejamos de ser religiosos, abandonamos los rituales, el cuidado de los muertos, las ceremonias fúnebres y hemos caído en la indigencia actual "porque la muerte inoportuna acecha todo lo sagrado a la espera de profanarlo".

Es cuando nos abstraemos de la mortalidad cuando recuperamos nuestra divinidad. Eso sucede si la vida es vida sin más, despojada, desnuda, sin trascendencia. Es en la vida vivida sin determinación y sin consecuencias donde la divinidad brota de forma natural. Somos seres divinos en tanto nos ausentamos de la muerte.


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