sábado, 6 de febrero de 2021

Homo predator

 

Borrell ante Lavrov EM 06.02.21


¿Qué somos? La gran pregunta. Agrupaciones espacio-temporales de átomos. Depredadores, los más grandes. Una especie cooperadora con instinto asesino. Una consciencia exaltada.


Como no sabemos como explicarlo decimos que la unidad que formamos es inestable y temporal, un milagro de la naturaleza. Campos de fuerza entrelazados, diría la física. En eso no somos diferentes de todo lo demás.


Si nuestra mirada es biológica o mejor zoológica somos dentro de los mamíferos el mayor depredador, ese ha sido nuestro éxito evolutivo: hemos sometido a la tierra y a las demás especies que ahora para su supervivencia dependen de nosotros, aunque puede que también nuestro fracaso si miramos hacia adelante. Estamos devastando la tierra, sus recursos y con ello nuestra propia supervivencia. Una plaga de langostas no es peor que nosotros, no dura tanto, no es tan devastadora, encuentra un limite. Hasta una expansión vírica encuentra un límite, ¿Por qué no habría de tenerlo nuestra especie?


En tercer lugar, somos una especie social, nos esforzamos y organizamos para vivir en compañía. Desde el principio hemos utilizado la guerra para organizarnos, sin embargo la pulsión guerrera va decayendo en favor de la negociación política. ¿Llegaremos a tiempo en esta evolución sostenida hacia el acuerdo de las reglas comunes de supervivencia antes de la autodestrucción?


Por último, ha ido creciendo en nosotros la conciencia de individuos separados, diferentes, favorecida por el desarrollo económico y tecnológico que nos permite liberarnos de la necesidad. Cada vez más máquinas atomizadas, asistidas por la tecnología, seres solitarios y egoístas, insolidarios y sin conciencia ecológica. ¿Volverá la vida en la Tierra a reordenarse como lo ha hecho tantas veces, sin nosotros?


Nuestra fascinación por los dinosaurios que vivieron en la superficie de la Tierra durante doscientos millones de años deriva del mayor saber que nos trasmitieron, su extinción.


Nunca hemos atesorado tanto saber, y el mayor, el límite de nuestro conocimiento. A medida que se amplía nuestro saber se amplia la vastedad de nuestro desconocimiento.


***


Uno de estos dos es un impostor. El otro está a un paso pero se contiene.




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