Impostura

 

Qué ha acabado con la izquierda. El abandono del espíritu vindicativo, quizá por haber conseguido la mayoría de sus propósitos. Llegada a este punto ha mutado en víctima, identificándose con quienes lo fueron o quienes cree que aún lo son, vierte su capital político en el victimismo. Pero lo que entonces la llevó a romper techos, a expandir límites (de la libertad, de la igualdad), se convierte ahora en censura contra quienes ven exagerado o se burlan del nuevo espíritu de las clases medias que la sostienen, seguras bajo las ubres del Estado o de las grandes grandes empresas, sin padecer las penurias de las crisis, defendidas por organizaciones estables y poderosas, sistema ellas mismas, exhiben su falsa condición. Guardianes del victimismo, recrean la atmósfera censora del franquismo, pasan a identificarse con el franquismo sociológico que no aceptaba discrepancias, bajo la impostura de ser lo que no son, de combatir lo que no existe, al menos no como antes o no como en otras sociedades.