No hemos tomado suficientemente en serio cómo redes y tecnologías, que ingenuamente desnudan mis dedos ante tus ojos y oídos y los tuyos ante los míos, nos dejan al albur de quien quiera vernos y oírnos. Clarissa Véliz ha escrito un libro al que hay que prestar atención.
Dos cosas:
1. Los datos, el oro negro de esta época, su almacenamiento y su venta al mejor postor: las compañías de datos son las más valiosas en el mercado de valores, a gran distancia de las demás. A través de aplicaciones de uso gratuito se los estamos regalando.
2. La información personal, mucho más grave: ¿Cuántas farmacias has visitado últimamente, y la cola del paro, y la del hambre? ¿Cuál es tu coeficiente intelectual? Puede que si no tomas precauciones en algún momento tengas un problema gordo: una sorpresa en la cobertura del seguro de salud, un préstamo, un trabajo que no te dan o te quitan. No son las aplicaciones, es el teléfono que siempre está conectado.
3. Hay una tercera cuestión, la política. Sucedió, fue terrible. Leed a Clarissa Véliz. Quién sabe lo que nos depara el futuro. Ha sucedido hace poco: 2016: Trump; Brexit, etc. No me gustaría ser periodista en Moscú ni disidente en Hong Kong o Pekín.
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