jueves, 29 de agosto de 2019

Periodismo declinante



Debe ser un caso único, puede que lo haya habido en alguna otra etapa de la historia que desconozco, que un periódico renuncie a sus lectores. Que renuncie primero a ser el periódico de referencia, al que todo el mundo respetaba, admiraba y tenía en cuenta, para jibarizarse en periódico de partido y luego, o en el mismo movimiento, renuncie a los lectores que le han acompañado en toda su trayectoria desde su fundación. Para ello echó a los periodistas que componían su departamento de opinión para sustituirlos por otros cuyo gran mérito es transmitir del modo más banal y común, y de la forma más aburrida, sin un destello de originalidad, las ideas de la declinante corriente principal.

Las noticias relevantes las obvia o las esconde en columnillas invisibles. Los editoriales de su actual etapa o son risibles o campanudos, siempre al servicio del partido ante el que se hinoja. El periódico humorístico de la mañana.


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