miércoles, 29 de mayo de 2019

La conversación se hace tediosa



Cuánto lamento no poder hablar con el hombre que serás. Con el hombre que ahora eres es inútil y agotador seguir hablando.

La mayoría de los conocidos tienen una idea y no es suya. La suelen repetir con pocas variantes. El resto de los apartados de su conversación son igualmente previsibles pero van cayendo como el agua que se precipita en una cascada, salpica y fluye hacia la nada.

Para ellos es cierto lo que dice César Vallejo: “Cuando leo, parece que me miro en un espejo” si acabamos de redondear la frase, lo que miran es imagen especular de su mirada.

Alzas la vista y ves los encartelados, qué desperdicio. No me cabe duda, son los peores. ¿Siempre ha sido así?

Repito ideas que he oído o leído en otros, que he leído u oído varias veces por diferentes conductos hasta almacenarlas en mi frágil memoria que me hace creer que son mías, otros que a su vez han oído o leído en otros que quizá han reelaborado en una cadena sin fin que se remonta a una mente libre, una de las pocas mentes libres, ¿diez, doce a lo largo de la historia?

Criaturas andantes imperfectas, duplicadas, triplicadas, en serie. Qué fuerza se liberaría si de pronto se desatasen de sus cadenas. Mentes libres. Pero no habrá tiempo.



No hay comentarios: