lunes, 25 de mayo de 2015

Elecciones



            Nadie puede manifestarse eufórico. Así lo vimos anoche, salvo casos de alegría teatralizada. Y eso es bueno, porque la democracia llama a convivir, a entendernos con quienes no piensan como nosotros. Nadie ha conseguido una mayoría apropiada para remodelar el país, o su paisito, a su gusto, y eso es muy bueno, porque los países no pertenecen a nadie. Los países estaban ahí y seguirán estando después de nosotros, que vamos y venimos. Por tanto es un gran qué que nadie pueda apropiárselos. Lo que falta, lo que eché de menos, es la voluntad de cambiar las cosas que no funcionan, una ilusión colectiva por echar lo caduco, la energía para recomponer lo roto y reemprender la marcha en mejores condiciones. Como si con ganar bastase.

   

No hay comentarios: