viernes, 4 de abril de 2014

Nacionalismo 2


            Bilingüismo. Como en  los países totalitarios, aquí la lengua del poder y la lengua de la oposición es la misma. Cataluña habla en catalán, la corriente telúrica. Documentos, discursos, leyes, debates, tertulias, manifestaciones, pancartas. Incluso cuando no sabían hablar en catalán hablaban en catalán, sin temor al ridículo, aunque lo hacían. Pero luego en casa con la esposa, incluso los personajes más conspicuos del nacionalismo, cambiaban de lengua, como en la conversación de calle, como en la taberna. La lengua de la calle, la lengua libre era, es el castellano. Esa esquizofrenia.

“Dice Joan Plana Crivillé en la carta publicada el pasado día 2 que “el castellano no debería ser ni cooficial, ya que no es un idioma natural de Cataluña”. El hecho es que el castellano es la lengua materna del 55% de la actual población de Cataluña (el catalán lo es del 31,6%) y, además, el castellano es usado como lengua habitual por un 45,9% de dicha población, mientras que el catalán lo usa el 35,6% y un 12% dice usar habitualmente ambas lenguas (datos extraidos del valioso libro de Mercè Villarrubias Sumar y no restar. Razones para introducir una educación bilingüe en Cataluña).
En este contexto, ¿qué significa “idioma natural”?, ¿habría, pues, que calificar al castellano de idioma artificial, o extranjero, en Cataluña? Lo cierto es que ambas lenguas han coexistido allí desde hace siglos: no está de más recordar que, como indica el profesor catalán F. Ovejero (La trama estéril. Izquierda y nacionalismo), ya en el siglo XVI se imprimían en Cataluña más libros en castellano que en catalán”.Javier Díaz Malledo.

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