sábado, 26 de abril de 2014

El violín de Ray Chen


RAY CHEN, violín

           Un atleta del violín, Ray Chen, un virtuoso pero también lleno de pasión, protagonista absoluto en el concierto para violín de Chaikovski. Me ha sido imposible despegar los ojos de su interpretación, hipnotizado. El lado negativo es que pocas veces he visto tanta diferencia entre el solista y la orquesta, sobre todo cuando distintos instrumentos se emparejaban con el violín de Chen: la flauta, el clarinete, el oboe… Además generoso en las propinas, Paganini, Bach. El público ha enloquecido y hubiera estado aplaudiendo no sé cuánto, hasta el punto de que Chen, modesto, ha invitado a salir de la sala a las concertino para no tener que volver a saludar ante tanto aplauso. Intensa emoción.

            No tanto en la obra que habría el concierto, El somni de Gaudí, de Albert Guinovart, una pieza sinfónica compuesta a petición de la OSCYL. En realidad una especie de suite a partir del musical del propio autor sobre Gaudí. Guinovart no se ha podido sacudir el polvo del musical: chisporroteo de colores: cello, piano, arpa, flauta y mucha percusión y ecos diversos, desde Gershwin y Bernstein a Andy Lloyd Weber, de Stravinski a la música del cine de gran producción americano. Pocas veces he mirado tanto el reloj, y apenas ha durado media hora. Vacío, aburrido. No por culpa de la orquesta, a la que le van este tipo de piezas.

            Para finalizar, la Sexta de Prokofiev. Una buena conducción por parte de Petrenko. Es una sinfonía que me gusta, como me gusta en general Prokofiev. El problema es que estaba agotado después de las emocioes que me ha provocado Ray Chen.

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