Una mala noticia

            La convocatoria con fecha y pregunta del referéndum nacionalista es una mala noticia.

            Supone la ruptura del pacto político de la transición de fomentar una única comunidad en Cataluña. Deja con el culo al aire a quienes creyeron en la honestidad de los nacionalistas, al PSC en particular, durante décadas el partido mayoritario, y a sus representados que renunciaron a muchas cosas para aceptar y respetar ese pacto (inmersión lingüística, sistema electoral, medios de comunicación nacionalizados…)

            Supone un desafío a la legalidad en Cataluña. El Estado de derecho es el único escenario donde el diálogo y el acuerdo entre posiciones discordantes es posible.

            Es la imposición del camino a la independencia de una parte de Cataluña a otra parte, probablemente la mayoría, sin haber buscado el acuerdo. Es por tanto un acuerdo antidemocrático y si se llegase a realizar desatendiendo la ley tendría las características de un golpe de estado.

            El referéndum. “En su actual formulación, estas preguntas no serían de recibo en un estudio demoscópico que aspirase a ser razonablemente honesto y veraz. A los preguntados no se les presentan, en estricta igualdad de condiciones, las opciones que se contraponen. Resulta menos oneroso para el ciudadano medio aceptar que rechazar, afirmar que negar”. Es un referéndum por y para la independencia. Un referéndum dirigido a fabricar una mayoría que no existe. "En Canadá, esta pregunta en dos partes sería denunciada. El Gobierno del Partido Quebequés sería acusado de manipular".

            ¿Reformar la Constitución? "Modificar o reformar la Constitución para adecuarla a nuevos problemas es algo normal en un sistema político como lo demuestran muchos ejemplos de otros países. Pero descubrir un buen día, de la noche a la mañana, que la solución de los problemas (tanto los territoriales como los económicos) pasa por un cambio de la Constitución y, por ello, convertir ese cambio en el objeto directo de la pelea democrática partidaria, eso es algo peculiar del subdesarrollo político hispánico".