
Florien
Illies, mediante pinceladas impresionistas agrupadas en párrafos, algunos largos,
otros cortos, y mes a mes, con ligeros toques de humor, intenta captar lo que
ocurrió en ese año: 1913. Un año hace cien años. Da cuenta de los
sucesos culturales del año, los éxitos y los fracasos, también de algunos
científicos, pocos, y de los sucesos íntimos de los famosos de entonces: la
arrebatada pasión correspondida de Gottfried Benn, el patólogo -durante un año
había diseccionado 297 cadáveres- que convierte su experiencia en poesía: Morgue,
un libro que revoluciona la poesía, por Elsa Lasker-Schuler, poetisa que vive
en la miseria, y su final; la promesa que Alma Mahler hace a Oscar Kokoscka de
que se casará con él si compone una obra maestra, Kokoschka pinta La novia
del viento, pero Alma Mahler no cumple su promesa; el arrebatado amor de Georg
Trakl por su hermana; la devoción homoerótica por Stefan George de sus
seguidores; Rainer Maria Rilke hace un alto en Ronda y escribe cartas a sus
mujeres, entre ellas a Lou Andrea-Salomé; Gustav Klimt pintando en Viena en
bata para mejor atender la necesidad súbita que le provocan sus muchas modelos
desnudas; Karl Kraus y la baronesa Sidonie Nádherný von Borutin, otra pasión; la
disputa y ruptura entre Freud –que publica Tótem y Tabú- y su principal
discípulo Jung. También la angustia cercana al suicidio de gente como Virginia
Wolf, o el propio Trakl. Todo el mundo, entonces, enfermo de neurastenia; ahora
le decimos stress. Incluso Hitler y Stalin pasean en los mismos días por el
parque del castillo de Schönbrunn, en Viena.
La novia del viento
Illies,
haciendo acopio de una ingente cantidad de citas y anécdotas, capta la espuma
de los días, tras la que se vislumbra la ominosa sombra de la catástrofe, que ya
se ve en las guerras de los Balcanes. Falta sin embargo referencias a la vida
cotidiana de la gente común, siendo como es un libro que entra en las
habitaciones y en la mente de sus protagonistas. El segundo defecto es el peso
abrumador de la cultura centroeuropea, alemana, en realidad, con pequeñísimas
incursiones en París, Nueva York, Londres o Roma.
No es el
primer libro de éxito dedicado a un solo año. Cito algunos más : Moscú 1937,
de Karl Schlögel; 1922 en Constellation of Genius, de Kevin Jackson; y
también para 1913, 1913: the World Before the Great War, de Charles
Emmerson o 1914, de la paz a la guerra de Margaret Macmillan, de quien
Tusquets ha publicado: Paris, 1919: los seis meses que cambiaron el mundo.
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