lunes, 15 de diciembre de 2008

Appaloosa

Esta escena define la película. El protagonista y su amigo persiguen a los malos. Contemplan el campamento desde lo alto de un risco. Ve a la chica con la que ha hecho planes para formar un hogar, medio desnuda retozando en un río, junto al pistolero con el que más tarde ha de jugarse la vida. Apenas, hay un gesto de contrariedad en su rostro, sí en el del amigo, que cobija sentimientos y eso le hace  imperfecto para el oficio, según le explicará más tarde. El campamento es atacado por una partida de indios que escapa de la reserva. El protagonista les ahuyenta y pacta una tregua con los malos hasta que pase el peligro. Ningún reproche hacia la chica. Al contrario, se acercan el uno al otro y, sin mirarse, hacen que sus hombros se rocen un momento. Evidentemente, una versión semejante de las relaciones hombre/mujer no puede ser histórica, sino más bien reflejo de nuestro tiempo.

Lo que más me ha llamado la atención de esta película de Ed Harris es cómo trata el tema de la mujer. Estamos en el oeste, un territorio de duros, solitarios, dónde el árido paisaje es trasunto de la sequedad sentimental de los hombres que lo pueblan. Las mujeres son mero acompañamiento. Un objeto de placer. Ellas son conscientes y buscan en cada momento al hombre más fuerte que las proteja mientras pueda. Así que no hay problemas para pasar de uno a otro. Al pistolero que representa Ed Harris no le importa el trasiego corporal de la mujer, es mayor su ansia de calor humano. Ese hombre ha conseguido hacer desaparecer de su carácter cualquier atisbo de prejuicio moral. Sólo a una cosa atiende, a la ley cambiante para la que trabaja.

La peli de Ed Harris es de una sobriedad inesperada, al estilo de Clint Eastwood. Los actores están contenidos, no por ello simples, arquetípicos, al contrario son complejos en su evolución. Magníficos todos ellos, Viggo Mortensen, Ed Harris, Renée Zellweger, Jeremy Irons. Sólo la Zellweger sobreactúa, pero porque conviene a su personaje de mujer solitaria en un mundo de hombres duros y secos. Como en las grandes películas no suceden muchas cosas, el guión también es contenido, con buenos, cortantes diálogos, porque lo que nos cuenta no son acciones espectaculares, sino sucesos íntimos, cosas de hombres con hombres y de estos con mujeres. La amistad, el calor humano, la rivalidad, la ambición, el valor, la debilidad. Espero que la sensación de asistir a una muy buena película perdure y no se desvanezca en el tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...buscan en cada momento al hombre más fuerte que las proteja mientras pueda. Así que no hay problemas para pasar de uno a otro... no le importa el trasiego corporal de la mujer, es mayor su ansia de calor humano...